Tengo una manía. Bueno, muchas, pero esta abre lo que les quiero contar. Me cambio el fondo del celular constantemente.
Me gusta que cuando se prenda lo que aparezca me transmita algo. Suelo poner fotos de mis seres queridos o mensajes que quiero recordarme.
Cierro el año con uno de estos mensajes: “Hoy quiero vivir sin darme cuenta”. Quiero dejar de sobrepensar, de darle mil vueltas a todo, de querer tener la respuesta rápida y perfecta. Quiero tener tantas cosas que hacer que el tiempo pase sin darme cuenta.
Quiero tener tantos momentos de desconexión que no me sienta culpable porque tengo responsabilidades esperándome.
Quiero vivir la vida sin darme cuenta de que me estreso por cosas que no puedo solucionar porque no dependen de mí. Quiero dejar que mis seres queridos vuelen a su manera y no a la que yo espero.
Sin darme cuenta de que el reloj va demasiado rápido y no lo puedo parar, porque de esa manera cada minuto cuenta y no me quedo sólo con un deseo de alargarlo, sino de disfrutarlo plenamente.
Quiero vivir la vida quitando el poder a quienes buscan el enfrentamiento o el problema, para que de esa manera no me arrastren hacia su lado, sino yo hacia el mío, que se den cuenta de que la solución comienza en el mismo instante en que le abres la puerta, si te empecinas en el problema, ahí te quedas estancado.
Y sí, quiero vivir la vida sin darme cuenta, porque eso significa que es tan plena que no necesito analizarla, sólo sentirla, y que al final uno decide cómo quiere que esta sea.
Y no se trata de que no te importen las cosas, se trata de que eso no sea lo que te controle. ¿Cuál es su mensaje para el 2025?