SANTO DOMINGO.-El artista Willy Pérez, uno de los cultores de las artes plásticas dominicanas que mantiene una presencia más intensa en el espectro artístico nacional e internacional, renueva su legado, en esta ocasión, al presentar su cuadragésimo segunda exposición individual.
Pérez, el primogénito del maestro Guillo Pérez, a quien, junto a su madre Ana Rojas, agradece por haber apoyado su vocación y formación artística, siempre se ha mantenido forjando arte con el lienzo y pincel en las manos, por ello, esta obra es, también, oración, color y libertad festiva que invoca la dicha de la gente, de la tierra, de la isla y de la vida.
En la forma del artista expresarse y pintar hay un claro sentimiento de gratitud por los dones recibidos, una emoción que trae su pintura hasta las fronteras del eclecticismo.
Su gran pasión
Sus obras resultan de unas miradas acuciosas, satisfechas y emotivas; enfoques fundados en una especie de ictiología, zoología, botánica y sociología sobre cuyos riesgos metódicos se imponen el plasticismo, el abstraccionismo, el expresionismo, para convivir y fortalecerse mutuamente.
Está emocionado con “Canto del Amor y de los Días”, su 42ava exposición individual, que se exhibe en Contemporanía | El Centro de Cultura y Artes y que estará abierta al público hasta el 17 de agosto del 2024.
Paisajes marinos
Esta muestra aborda los paisajes marinos y terrales del país, la vegetación y la pobreza con más deseos de agradecer los dones recibidos.
El artista se ha mantenido participando en exposiciones colectivas locales y foráneas, en Europa, Estados Unidos y América Latina.
Está incluido, por esto, entre los gestores de las artes visuales nacionales que más presencia tienen en el ecosistema cultural y el mercado artístico.
Su trayectoria, continuidad y la creciente calidad de su expresión le han permitido ganar un amplio reconocimiento, derivado de haber renovado y enriquecido desde su propia visión, temperamento y sensibilidad en el legado nacionalista, expresivo, colorido y matérico dejado por su padre, el maestro de las artes nacionales Guillo Pérez, del cual sin embargo, se ha diferenciado al reforzar sus vínculos emotivos con la fenomenología insular desde una forma personal de asumir y expresar el arte.
A la herencia temática paterna, este autor agregó el mundo de sus acuarios, un canto a la diversidad hídrica nacional y a las especies que aloja; los ciclistas y una ciudad renovada que desde el Ozama canta sus luces, brumas y energías.
A diferencia del conceptista de su padre, Willy Pérez es un pintor orgánico, de emotivos gestos, trazos y colorido.
Amplia trayectoria
— Perfil
Willy inició su aprendizaje artístico en el taller de su padre, limpiando sus pinceles y montando sus telas. Realizó estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes y fue estudiante del fallecido maestro Cándido Bidó.