Sí, así es. La vida te puede cambiar en un segundo. Todo dar una vuelta que te pilla totalmente desprevenido. Es duro, difícil y en ocasiones devastador.

Es en esos momentos en los que no cabe ningún tipo de positivismo porque lo que estás viviendo no atiende a ninguna otra razón.

Y luchar contra eso solo hace que te sientas peor. Algunos le llaman duelo, algo que pasa por etapas, y es cierto seguramente, pero sí creo que cada persona debe vivirlo a su manera, dejar que le atraviese y tomar el tiempo necesario para sanar.

Muchas personas no lo entenderán, tratarán incluso de darte mil razones para estar bien, y no lo hacen con mala intención, simplemente no pueden mirar dentro de ti para conectar con ese dolor.

Pero no les cierres la puerta, deja que sigan a tu lado porque llegará en momento en que sí logres agarrarte a esa mano amiga.

Sobre todo no seas duro contigo mismo, no quieras ir más rápido de lo que tu corazón necesita, deja que tu mente te ayude pero vive lo que tengas que vivir hasta que te sientes con fuerzas de dar el siguiente paso.

Y hablo de esto porque en este universo en el que todos tenemos que ser eternamente felices aquellos que no lo son se sienten perdidos.

No pasa nada si estás pasando por esto, no sientas más culpa que haga que el hoyo sea más grande. Pero sí siente que llegará ese día en que duela un poco menos y un poco menos… hasta que puedas ir recuperando tu ser y tu vida.

Poco a poco, paso a paso y sin presión camina por este momento en el que todo ha dado un giro. Vas a estar bien de nuevo. No lo dudes.