¿Tú o alguien que amas se despierta por las noches con pesadillas? ¿Te sientes irritable, que tu vida cambió para siempre y no para bien? ¿Haz pasado por una situación extrema donde otros a tu alrededor perdieron sus empleos o quizás la vida?
Muchas personas envueltas en situaciones extremas o catastróficas donde otros murieron o perdieron empleos o bienes… se puede desarrollar el síndrome del sobreviviente el cual está asociado al estrés postraumático.
Hay reacciones físicas y psicológicas que la persona puede sentir.
En las físicas, las más comunes son dolor de cabeza, náuseas, insomnio, problemas digestivos e hipertensión, entre otros. En el plano emocional y psicológico, se pueden producir alteraciones en el estado de ánimo y estrés.
Si bien la persona puede sentirse content@ por haber sobrevivido la catástrofe, el despido o cualquiera que sea la tragedia donde otros fueron desplazados o murieron; el sobreviviente también puede sentir incertidumbre, ira, culpa y desconfianza.
Hay un sentido de culpa en el sobreviviente que se puede volver una alteración crónica si la persona no recibe la ayuda que necesita. Muchos, en situaciones de pérdida, se niegan a buscar ayuda: unos piensan que pueden superarlo solos, otros temen estigmas, tales como débil, loc@. Otros creen no merecerlo.
Hoy en día, es mucho más fácil buscar y recibir ayuda. Habla sobre esos síntomas con tu doctor de cabecera o con un especialista de salud mental o emocional.
Habla con el sacerdote o el pastor de la iglesia a donde asistes, habla con un amigo de esos que pueden sólo escucharte y ayudarte sin juicio.
No te quedes sol@, hay muchas personas dispuestas a acompañarte en el camino que unas veces es más oscuro que otras pero que siempre tiene una luz al final.