Vives con vergüenza y dolor

Vives con vergüenza y dolor

Vives con vergüenza y dolor

Dilenia Cruz

¿Vives con la sensación de que algo no está bien en tu vida? ¿Sientes que tienes que hacer extra para que los demás noten que puedes? ¿Con frecuencia dejas de lucirte y apagas tus reflectores porque sientes que tu pareja sufre por tu brillo? ¿Sientes que no mereces más que lo que tuvo tu progenitor o progenitora e incluso sus ancestros?

Si respondiste sí a alguna de esas preguntas es tiempo que aceptes que tienes una herida de infancia con tu padre, pero especialmente con tu madre.

No haber tenido el amor de uno o ambos padres de la manera que deseabas ser amada/o puede estar haciendo tu vida miserable.

Lo peor es que podría continuar así e incluso pasarlo a tu descendencia. De hecho, es probable que eso haya pasado en tu familia por generaciones.

Esos sentimientos en forma de preguntas del inicio responden a: comparación, vergüenza, baja autoestima, culpa, miedo e incluso rechazo. Empezar a sanarlo requiere despertar a esa realidad, salir de la posición de víctima donde nos estacionamos sin saberlo.

Es preciso el reconocimiento y asentimiento de los eventos tal y como pasaron; ya no pueden ser cambiados, pero sí pueden ser sanados.

De hacerlo, lograrás un giro de hasta 180 grados hacia tu autovaloración, florecimiento y exhibición externa de tu fuerza interna.

Aceptar que el miedo es más que un reto a ser superado. Integrar internamente que sólo puedes compararte contigo misma/o y que nadie puede rechazarte o juzgarte, si no le das permiso.

El ejercicio de sanación puede empezar hoy mismo. Inicia con la voluntad de hacerte cargo de ti y tu destino. Lo demás puedes trabajarlo con el acompañamiento de un constelador calificado de tu confianza. Busca apoyo, no repitas más lo que te duele. Sufrir no es obligatorio.



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