Por Yamel Villabrille

Los accidentes a nivel de la boca son más frecuentes y terribles de lo que realmente se piensa, pueden ocurrir durante una caída, una pelea, practicando deportes, jugando, o de muchas otras formas.

Cuando se da el hecho y no hubo fractura de algunos de los dientes anteriores (delanteros) el paciente tiende a darlo por sentado, sólo acudiendo al odontólogo cuando ocurrida la fractura quiere volver a tener la estética de antes y restaurarse la pieza.

Es importante devolver estética a la sonrisa pero lo más importante es corroborar que no haya pasado nada más complejo en ese diente.

Las consecuencias luego de un trauma dental pueden ser: necrosis pulpar (muerte del nervio dental), fractura de la raíz del diente, reabsorción radicular interna o externa (destrucción de la raíz), cambio de color en la corona dental (el diente se pone oscuro o amarillo), movilidad dental, cambios en la posición del diente, fractura de la tabla ósea (del hueso circundante a la zona del trauma), cuando no es tratada la necrosis se producen lesiones óseas y fístulas.

Todas las consecuencias anteriores comprometen la estabilidad y permanencia del diente si estas no se tratan a tiempo. Lo que parecía un golpe inofensivo o una pequeña fractura en la corona que se pudo reconstruir con una resina, puede desencadenar graves resultados si no se le presta la debida atención.

Por tanto, por pequeño o suave que haya sido el trauma, lo ideal es que visites un odontólogo, preferiblemente especialista en endodoncia para que diagnostique y realice un monitoreo para saber cuando intervenir.

Si el trauma fue en tu niñez y hoy eres adulto, es posible que aunque a la fecha no lo sepas estés perdiendo tu diente de manera silenciosa o tal vez en ocasiones le prestaste poca importancia a algún signo o síntoma en el pasado; esto debería despertar tus alarmas y optar por acudir a consulta lo más pronto posible.

Padres, madres y/o tutores; cuando tu niño se golpee un diente por favor tráelo a consulta, te ahorrarás múltiples momentos desagradables y también dinero.

No todos los casos tienen consecuencias catastróficas pero la mayoría sí.

Dios te bendiga abundantemente.

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