Santo Domingo.-Salir por primera vez a “conchar” para conseguir “pal de pesos” ha sido una de las experiencias más dramáticas para Juan: ese día casi pierde la vista luego de recibir una golpiza brutal.
El joven, estudiante de termino de Contabilidad, había comprado un carro y como quedó sin trabajo decidió salir a dar una vuelta para conseguir algunos pasajeros en la ruta “9 de la Mella hasta Las Américas”, para así poder aportar algo de dinero en su casa, pero dos hombres vestidos de negro lo detuvieron agresivamente.
Aquellos desconocidos eran los “encargados” de vigilar que en esa ruta no “conchen” los denominados carros “piratas”. Los hombres, según Juan, pertenecen al Movimiento Rebelde de Fenatrano.
“Ellos me sacaron dos pasajeros que tenía en la parte trasera del carro y de una vez empezaron a darme golpes, pero aunque yo trataba de defenderme, ellos eran dos, y salvajes”, puntualiza el joven.
A Juan le dieron una golpiza tan grande que duró 12 días sin ver nada por la hinchazón en sus ojos y casi cinco meses después de aquella terrible noche aún tiene hematomas en su piel.
Pero lo peor y más frustrante de todo fue que esa golpiza ocurrió justo frente al destacamento policial que está en la avenida Sabana Larga casi esquina carretera Mella, en Santo Domingo Este.
Desorden en las vías
Y es que el desorden que impera en el transporte público del país va desde simples acciones vandálicas hasta fuerte violencia que atenta contra la vida de cualquiera.
En los denominados operativos de control que realizan las diferentes rutas de transporte público pertenecientes a la Federación de Transporte La Nueva Opción (Fenatrano), para supuestamente controlar el flujo de los carros “piratas” o choferes independientes, exponen tanto a los pasajeros como los choferes a salir malheridos por la violencia que ejercen.
Los que dicen llamarse “encargados del orden” en las rutas andan con palos en manos, objetos cortantes, incluso, hasta pistolas, para sacar de las rutas a quienes no pertenecen a las mismas.
A muchos de los conductores que no bajan inmediatamente a las personas les rompen los cristales del vehículo.
“Yo entiendo que el transporte debe ser controlado, pero la violencia no es la mejor manera de hacerlo.
El Gobierno debe buscar una salida para evitar que más personas resulten heridas o que maten a una”, dice Ramón Fernández, chofer de la ruta que va desde la carretera Mella hasta Los Mina.
El alquiler de una ruta en la carretera Mella ronda entre los 500 y 600 pesos semanales, además, cada chofer debe pagar 150 a 200 pesos de control cada vez que trabaja. Debido a lo costoso que resulta tener una ruta, muchos choferes, como Juan, deciden trabajar de manera independiente, pues muchas veces el “concho” no les deja ni para la comida.