Las malas conductas se aprenden a temprana edad, por eso, es importante advertir a los niños pequeños sus comportamientos inadecuados tomando como punto de partida la negociación y el diálogo, nunca acciones violentas.
De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), los estilos de crianza suelen incluir maltrato físico o psicológico, aunque la intensión de los padres sea corregir.
Me pregunto, ¿son útiles los golpes y la violencia psicológica para enseñar a los niños a comportarse? La respuesta aún no es rotunda a favor del sí o del no, pero, cada vez más versados en la materia ven estas prácticas como algo negativo para la salud de los niños.
Muchas mamás y papás emplean estrategias de crianza basada en sus propias experiencias de vida, significa, que repiten el modelo de formación que sus madres y padres implementaron en ellos.
Las múltiples fallas que comenten los tutores al vincularse con sus hijos van desde palabras descompuestas, golpes con objetos o bromas de mal gusto. Hoy contamos con evidencias suficientes de los riesgos y peligros asociados a estas prácticas de crianza.
Es hora de adoptar nuevos mecanismos de corrección a partir del diálogo, la construcción de vínculos afectivos sanos y la adecuación de rutinas de cuidado positivas; un cambio que requiere el apoyo individual y de la sociedad.
Evitemos a toda costa transferir mediante la formación nuestras conductas agresivas a los niños, para evitar en el futuro hombres y mujeres que por sus actos violentos y comportamientos erráticos se convierten en protagonistas de las portadas de los periódicos y redes sociales de nuestro país.
Recuerden, educar de forma pacífica no se logra de un día para el otro, sin embargo, es posible.
*Milossis Liriano, licenciada en Comunicación Social y máster en Comunicación Corporativa