Vida y obra de Lecha-Marzo

Esta es la brevísima bio-bibliografía del más grande médico-forense de España en el pasado siglo XX. Su vida y obra ha permanecido desconocida entre los círculos académicos, y con seguridad está ausente de la literatura científica médico-legal de nuestro país.
De acuerdo a las nociones y a las reflexiones contenidas en la literatura médico-antropológica legales de nuestro país, y habiendo tenido un enorme desarrollo en Francia, Italia y España, y en Europa, en la última centuria, ante los ojos del público que va a leer este trabajo y apología de él, para darse cuenta que hará cosa de un siglo que sus magníficas contribuciones llegaron, a “este pobre rincón de mundo”, y que una vez aquí, gracias a un hecho fortuito, como lo relata el profesor Joaquín Obregón García (fallecido en 1954), que mantuvo correspondencias, mediante cartas de las noticias del movimiento científico que se estaba produciendo en España, y que regularmente informaba el profesor Antonio Lecha-Mazo en sus cartas médicas enviadas a Santo Domingo.
Joaquín Obregón y Lecha-Marzo se aficionaron a la lectura de los libros de medicina legal, a la experimentación en laboratorios para estudiar los resultados de los estudios que la sociedad europea estaba produciendo vertiginosamente en el mundo científico forense de la antropología, medicina, de la naciente Policía judicial científica, la fotografía, dactiloscopia, la psiquiatría y la traumatología.
Haber realizado una búsqueda afanosa sobre los aportes y legados de estas dos figuras a la medicina y antropología forenses dominicana, demuestra que estas ciencias, aunque nacieron como resultado del desarrollo de lo que estaba ocurriendo en Europa, sino más bien, son el resultado de la evolución de la difusión de las revistas médicas locales, algunas de ellas de vida efímera; otras, desapareciendo al segundo número de su aparición.
Gracias a un periodismo médico-forense que se desarrollaba por Europa, se llevó a cabo esta colaboración por un período de 10 años, en la que ambos fueron muy prolíficos. El resultado lógico se evidenció en las revistas médicas, pero no como se esperaba. Desde 2012, se despertó el interés por recordar lo tratado Obregón García y el profesor Lecha-Marzo, los seis libros fundamentales que escribió durante ese magnífico período para nuestras ciencias forenses, y la materias que tratan en ellos.
Gracias a las misivas de la doctora Carmen De Meer Lecha-Marzo, médico-psiquiatra, nieta del distinguido profesor Antonio Lecha-Marzo, quien, desde Oslo, nos ayudó a perfeccionar el estudio sobre la vida y obra del egregio maestro, resultaron, en ligeras, pero muy puntuales, las aportaciones a la medicina y a la antropología forenses en la República Dominicana.
Las cartas médicas que el profesor Antonio Lecha-Marzo recibiera del profesor Joaquín Obregón García desde santo Domingo; las fotografías sobre la vida pública y académica del insigne médico, de su círculo íntimo de la familia, con artículos escaneados de revistas, y fundamentalmente, nos permitió conocer su tesis doctoral de psiquiatría, relacionada a la vida académica de Lecha-Marzo.
Es un deber decir, que tan extraordinaria vida no puede ni remotamente contarse en tan breves líneas. Antonio Lecha-Marzo nació en Porac, pueblo de la isla de Luzón, provincia de Pampanga (Filipinas) el 7 de febrero de 1888 y murió en 1919, por la pandemia de gripe de 1918.
La única razón por la que evoco al maestro español de la medicina legal en Santo Domingo, es porque fue el científico que mejor contribuyó al diagnóstico de la muerte legal en estos tiempos. Algo que se necesitará en el caso de la discoteca del Jet Set.