Vida y dignidad de Fernández Domínguez han sido olvidadas

Vida y dignidad de Fernández Domínguez han sido olvidadas

Vida y dignidad de Fernández Domínguez  han sido olvidadas

Santo Domingo.-En la víspera del traslado de los restos del coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez al Panteón de la Patria, muchos ignoran su ejemplo de vida y dignidad.

De seguro, este Héroe de la Patria era consciente, como el apóstol José Martí,  “de la satisfacción que produce el deber cumplido”,  y de la frecuente y probable “ingratitud de los hombres”.

“No, no lo conozco”, fue la respuesta automática del soldado, segundos después de haber saludado, parado en atención y con el fusil M-16 fuertemente empuñado, al oficial superior que acababa de pasar por su puesto de servicio, en la entrada de una oficina pública de servicios ubicada en el Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, en el Distrito Nacional.

“Señor, si me dice dónde está asignado ese oficial, probablemente le informe, señor”, continuó hablando el cabo de la Fuerza Aérea de la República Dominicana  en respuesta a la pregunta: ¿qué sabe usted del coronel Rafael Fernández Domínguez?, el héroe constitucionalista cuyos restos serán llevados este viernes al Panteón de la Patria.

Desconocen historia

El bajo nivel de conocimiento sobre la vida y obra del extinto militar se puso de manifiesto en otros escenarios, como pudo contactar EL DÍA durante un recorrido por distintas calles y avenidas, plazas comerciales, oficinas públicas y centros educativos.

“En mi vida he escuchado hablar de ese coronel”, dijo  con toda ingenuidad una jovencita que se identificó como Laura Pérez, en el centro educativo Víctor Garrido Puello, del sector Invi, en el kilómetro 10 de la carretera Sánchez; una estudiante de octavo, último grado de la educación básica.

Los rostros de sus acompañantes en el aula reflejaban que tampoco tenían idea del tema de que les hablaba.

Educandos de otros centros educativos ubicados en sectores como El Pedregal, Honduras, El Cacique y el Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, tampoco hicieron gala de conocimientos mínimos en la rama de las Ciencias Sociales, en particular de la Historia dominicana.

El 12 de julio, el presidente Danilo Medina promulgó la Ley 86-13, que ordena la exhumación y traslado al Panteón de la Patria de los restos de Fernández Domínguez.

Posteriormente designó la comisión oficial que se encargaría de la organización de los actos, encabezada por el ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez; e integrada el de Defensa, almirante Sigfrido Pared Pérez; el presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, Juan Daniel Balcácer; la presidenta de la Fundación Fernández Domínguez, Arlette Fernández; William Páez, miembro de dicha Fundación, y Emilio Cordero Michel, representante de la Academia Dominicana de la Historia.
Escasa lectura
La situación pone en evidencia escasa vocación por la lectura, en vista de que en las últimas semanas ha estado presente en los medios  con la celebración de los actos que culminarán con la exaltación del extinto soldado al Panteón  de la Patria.

Entre las actividades realizadas por la comisión  están la exhumación de los restos en el cementerio Cristo Redentor, en la que participaron solamente autoridades, invitados especiales y familiares.

Además, exhibición   en el Museo del Hombre Dominicano, donde permanecieron hasta ayer.

La exposición estuvo abierta al público durante dos días, lugar en que se le  rindieron los honores militares, a cargo de un batallón conjunto de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.

Morir por la Patria

Apenas había cumplido los 30 años de edad cuando,  el 19 de mayo de 1965, Fernández Domínguez, cayó abatido mientras dirigía un asalto al Palacio Nacional, ocupado por tropas del Gobierno de Reconstrucción Nacional.

Reconocido como la más cimera figura del Movimiento Constitucionalista que procuró el retorno al poder del profesor Juan Bosch, derrocado en 1963.

Ofrendó su vida por la Patria, la institucionalidad y la democracia, cuyo extraordinario valor patriótico quedará en el alma del pueblo dominicano, a pesar de que hoy, por ignorancia o ingratitud, muchos lo tengan olvidado.

De seguro, este Héroe de la Patria era consciente, como el apóstol José Martí, “de la satisfacción que produce el deber cumplido”,  y de la frecuente “ingratitud de los hombres”.



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