Santo Domingo.- Un proyecto piloto orientado a víctimas de matrimonio infantil en República Dominicana, país con mayor incidencia de uniones tempranas de América Latina, ha permitido generar cambios de comportamiento en niñas y adolescentes, que ahora enseñan a otras menores a esperar para formar una familia.
Como resultado de este proyecto, que fue presentado este jueves por la ONG Save the Children, las niñas ahora no limitan sus objetivos de vida a casarse y tener hijos y entienden que “crear una familia es algo que se puede aplazar».
Y así se lo hacen notar las que ya han pasado por ello a otras más jóvenes, “les recomiendan que esperen”, explicó a Efe la gerente de operaciones de Save The Children, Julissa Almanzar.
También se ha producido una evolución en los patrones crianza y en los roles que se les adjudica al hombre y a la mujer en el hogar, entendiendo que las tareas deben repartirse de forma equitativa y no ser una carga exclusiva de la mujer.
El proyecto, de 34 meses de duración, ha alcanzado a 100 niñas, niños, adolescentes y jóvenes en varias comunidades de la provincia de San Cristóbal, al oeste de Santo Domingo.
Este trabajo ha incluido actividades educativas, lúdicas, creación de materiales pedagógicos adaptados al contexto de relaciones de matrimonio infantil, sensibilización, desarrollo e implementación por parte de las propias niñas y adolescentes junto con enlaces comunitarios de sus comunidades.
Según la ONG, esta metodología se puede replicar en todo el país si se involucran actores sociales, estatales y empresariales en el propósito de romper con patrones discriminatorios y construir nuevos proyectos de vida para las niñas y adolescentes.
República Dominicana ocupa el primer lugar en América Latina en matrimonios infantiles, con un 36 % de niñas y adolescentes que se casan o se unen antes de los 18 años, según datos oficiales.
El 6 de enero pasado, se aprobó la ley que prohíbe el matrimonio infantil en el país, donde en el 12 % de las uniones tempranas la novia tiene menos de 15 años, la edad mínima que permitía la antigua legislación, cifra que duplica la media de bodas antes de los 15 años en América Latina, que es del 5 %, indican datos de Unicef.