Santo Domingo.- Con el nombramiento de monseñor Faustino Burgos como obispo ordinario de la diócesis de Baní, el Vaticano tiene pendiente hacer lo propio con la diócesis de La Vega que está a la espera de la designación de un obispo y la de Mao-Montecristi, cuyo incumbente debe renunciar a partir del 25 de este mes por cumplir la edad reglamentario para hacerlo de manera obligatoria.
La diócesis de La Vega en la actualidad está a cargo del obispo auxiliar de Santiago, Carlos Tomás Morel Diplán, quien funge como administrador apostólico desde que el entonces obispo ordinario de esa diócesis, monseñor Héctor Rafael Rodríguez fuera trasladado como arzobispo de Santiago.
Al momento de su designación como obispo de Baní, monseñor Faustino Burgos era administrador apostólico de esa diócesis desde que se produjo la inesperada renuncia de su anterior obispo Víctor Masalles y fungía de manera simultánea como obispo auxiliar y vicario general de la arquidiócesis de Santo Domingo.
Orden de San Vicente
Monseñor Faustino Burgos es un sacerdote de la orden fundada por San Vicente de Paúl, congregación cuyo carisma fundamental es el trabajo por los pobres y enfermos, así como el acompañamiento espiritual y la educación.
Es el actual secretario general de la Conferencia del Episcopado Dominicano en un segundo período y asesor nacional del Movimiento de Cursillo de Cristiandad.
Con el traslado de monseñor Burgos, la arquidiócesis de Santo Domingo queda con un solo obispo auxiliar, monseñor José Amable Durán.
No hay una norma para que una diócesis tenga asignado obispos auxiliares, pero desde hace muchos años en Santo Domingo suele haber al menos dos auxiliares.