Más de cinco menores de edad han sido raptadas, violadas y luego asesinadas. La situación debe mover a las autoridades judiciales y policiales a prestarle atención a este problema.
También los padres están obligados a ofrecer más seguimiento a los hijos, principalmente con los allegados y los vecinos, ya que estos hechos son cometidos por conocidos.
Es lamentable que niñas pierdan la vida por degenerados y hombres sin conciencia. Este grave mal se agrega a los casos de feminicidios que comienzan a reportarse, lo que agrava más la conviviencia.