Se hace imperativo que, según apreciaciones de especialistas consultados, la nueva gestión de gobierno del presidente Luis Abinader (2024-2028) adopte nuevas políticas que tengan como centro de su atención en materia agrícola, la producción, procesamiento y exportación de frutas.
Igualmente, hace cinco años, en el 2019 la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) puso sobre el tapete la necesidad de impulsar la producción de frutas para enfrentar la pobreza y la desnutrición en República Dominicana.
Este organismo, incluso, realizó campañas para promover el consumo de frutas y verduras entre los dominicanos.
A raíz de mi anterior artículo sobre el tema, “Las frutas como contención de pobreza social en RD”, el científico y pequeño empresario agroindustrial, C. Aybar Batista no solo se refirió al mismo de manera laudatoria sino que, además, planteó que las frutas “sean utilizadas en todos los planes sociales del Gobierno, incluso en los hospitales públicos y en las escuelas”.
Ricas en vitaminas, minerales, antioxidantes
“Las frutas son ricas en vitaminas, minerales, antioxidantes, agua y fibra, propiedades que favorecen la salud al fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la digestión y reducir el riesgo de desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, como son las cardiovasculares, cáncer y diabetes”, ha subrayado la FAO en una nota emitida en el país.
En tanto, Aybar Bautista, un afanoso emprendedor egresado de la Universidad Estatal de Moscú Lomonosov, y con especializaciones en países de la región, lamentó que exista en el gobierno una corriente de pensamientos que resta incidencia a las frutas en sus beneficios nutricionales.
“Me parece que se deben establecer de nuevo, políticas que incentiven el desarrollo de la cadena de valor de la producción en el sector de frutas”, sostuvo el agro empresario en su comentario. Precisó que “Esas políticas deben poner en el centro su atención a pequeñas y medianas empresas procesadoras de estos rubros, a fin de que estas, en corto tiempo, puedan convertirse en exportadoras de productos terminados derivados de frutas”.
Facilitar el mercado nacional
Y enfatizó: “No es lo mismo exportar piña que néctar de piña, por solo poner un ejemplo. Dentro de mi visión siempre estuvo que se le facilite a esas pequeñas y medianas empresas el acceso al mercado nacional, como una forma de generar fortalezas que les permitan exportar después”.
Dicho lo anterior, el científico y agro empresario estalló en un profundo dejo de lamento. “Cualquier cabeza con un poco de inteligencia entendería que la mejor forma es servir derivados de frutas, entre ellos, jugos y néctares, en todos los planes sociales del Gobierno, incluso en los hospitales públicos y en las escuelas”. En su inflexión, Aybar subrayó: “Pero a los gobiernos llegan unos genios que eliminan inmensas posibilidades de desarrollo de un País, ya que sus egos son más grande que el universo, aun sabiendo que el universo y toda su inmensidad fue creado por Dios”.
Pero ¿quién es la persona que hace estos señalamientos? Aybar, se ha hecho ducho en el negocio agroindustrial, “ha dejado el pellejo” en estas lides cargadas de vicisitudes, pero el hombre no se arredra, él sigue confiando en el país, pese a todas las trabas que les han sido impuestas como pequeño emprendedor.
No se trata de él, en particular. No es nada personal, diría yo. Hablamos de un sistema estructurado para impedir mediante todo tipo de obstáculos (como son el adelanto de anticipos, financiamientos insostenibles a muy corto plazo, falta puntual en asistencia técnica y carencia de facilidades burocráticas, etc.) que impiden que estas pequeñas empresas de emprendedores salgan a camino, que crezcan, se desarrollen y se conviertan en grandes empresas que multipliquen los empleos. No ocurre así. El sistema las ahoga con sus amarras impositivas y burocráticas y eso hace que estas siempre estén a la defensiva frente al estatus quo.
Aybar Batista, es un emprendedor neto. De un simple laboratorio éste hizo surgir una pequeña empresa que ha llegado a emplear a más de un centenar de trabajadores. Pero que, además, ha desarrollado nuevos productos en su laboratorio, como lo es el “jengibre líquido” y otros, los cuales se procesan y se venden en el mercado local y en el exterior.
Igualmente, este investigador y empresario es de los impulsores del Clúster de Productores y Procesadores de Frutas Dominicanas (PROFRUDOM) que pretende impulsar una especie de “cadena de valor de producción en el sector de frutas”, lo cual incluye la industrialización de este rubro.
Pérdidas millonarias
En el año 2021 los productores de mango advirtieron que registraron pérdidas cercanas a los RD$400 millones, lo que atribuyeron a que “las frutas se están quedando en las fincas”. A eso se agrega la falta de técnicas de manejo y de políticas para intervenir ese sector, como se hace con los plátanos y guineos, en tiempos de crisis.
Con las frutas, por ejemplo, el Estado podría comprarlas en las fincas a precios razonables a través del INESPRE y venderlas en los barrios de las ciudades. También, tiene la loable alternativa de adquirir las frutas y procesarlas en pequeñas agroindustrias, a los fines de producir jugos, pulpas y néctares, los cuales se llevarían para consumo a hospitales, escuelas, orfanatos y hogares de ancianos. Otra parte podría ser canalizada para la exportación a mercados cercanos.
FAO: frutas para combatir obesidad
En una declaración de la FAO de hace unos cinco años, cuando se celebraba aquí un día 3 de mayo como el Día de las Frutas en Centroamérica y República Dominicana, el organismo destacó que este rubro agrícola sirve incluso para prevenir la obesidad en la población.
En ese sentido, significó las riquezas de las frutas en vitaminas, minerales, antioxidantes, agua y fibra, propiedades que favorecen la salud al fortalecer el sistema inmunológico, entre otros beneficios para la salud.
Alertó que, no obstante las citadas bondades, “el consumo de estos alimentos se encuentra muy por debajo de la cantidad recomendada para una dieta saludable”. En una de sus notas, la FAO “puso en evidencia que el sobrepeso y la obesidad están ganando terreno en América Latina y el Caribe, afectando a más de la mitad de la población adulta de Centroamérica y la República Dominicana y acerca del 7% de los menores de 5 años”.
Al respecto, Adoniram Sanches, Coordinador Subregional de la FAO para Mesoamérica, afirmó que “las frutas tienen un gran valor para frenar esta epidemia de obesidad que estamos enfrentando, al ser un pilar fundamental para una alimentación saludable, nutritiva y de calidad”. “Garantizar el acceso y fomentar su consumo hoy y desde edades tempranas es una garantía para la salud de las futuras generaciones”, resaltó.
Sector estratégico para combatir pobreza
Además de dichos beneficios, Sánchez señala que la fruticultura se trata de:
-Un sector estratégico para las economías de los países de Centroamérica y la República Dominicana, ya que según afirma, representa cerca del 30% de su producción agropecuaria. Este sector sirve, además, “para combatir la pobreza mediante la generación de empleo y oportunidades de emprendimiento en las zonas rurales”.
-Un renglón importante por sus grandes aportes al ambiente y como fuente de biodiversidad. Puso como ejemplo que los cultivos de cítricos, mango, aguacate y níspero, entre otros, “limitan la erosión del suelo, ayudan a mantener los manto acuíferos y contribuyen a la captura de gases de efecto invernadero”.
Ante estas insoslayables y resaltables realidades, es de imperiosa necesidad sugerir al gobierno del presidente Abinader retomar a través del ministerio de Agricultura nuevas políticas de fomento de la producción, procesamiento y exportación de frutas (tanto el fruto como los jugos y néctares).
Esto incluye:
Expansión de las áreas cultivables de frutas, especialmente en la región Suroeste del país. Asociarse con organismos como la FAO o llegar a acuerdos con gobiernos que puedan contribuir al desarrollo de este sector en el país.
Apropiar fondos para fortalecer los clústeres de mangos y frutas, pequeñas empresas procesadoras.
Destinar más recursos para financiar nuevas fincas productoras de frutas, fomentar la creación de nuevas agroindustrias para su procesamiento y acompañar (crear un mecanismo para ello) a los pequeños empresarios existentes y a los que surjan de estas políticas, con asistencia técnica y la colocación de sus productos en el mercado local y en el exterior.
Dar valor a la cadena de producción que incluya a productores de frutas y a las agroindustrias.
Impulsar políticas que orienten hacia el consumo de frutas en hospitales y escuelas, orfanatos y en los cordones de miseria de las ciudades.
Fomentar las exportaciones de frutas y sus productos (pulpas, néctares, jugos) para ir reduciendo las importaciones de estos rubros, mientras se incentiva su producción local.