La reserva federal (Fed) de los Estados Unidos o su equivalente al Banco Central, tendrá su antepenúltima reunión del año, programada para los días 19 y 20 de septiembre. En esta reunión se espera que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) aumente o mantenga en pausa la tasa de interés de referencia de la Fed.
La decisión más probable es que la Fed eleve en 25 puntos básicos (0.25 %) su tasa de interés de referencia, sustentada en los datos de un mercado laboral muy activo, que crea, en promedio, alrededor de 300,000 empleos mensuales y una tasa de desempleo ubicada en 3.7 %; en incrementos de los salarios en alrededor del 4.0 %, y aún más, con una inflación (3.2 %) por encima de su meta de inflación de largo plazo del 2.0 %.
Si la Fed sube su tasa de interés de referencia, ubicándola en la franja del 5.5 % y 5.75 %, pondría al Banco Central dominicano en una posición incómoda. ¿Por qué? porque ya el Banco Central retomó su posición anterior de mantener una política monetaria acomodaticia, que induce a menores tasas de interés del mercado para que la economía dominicana tenga una mayor actividad económica en lo que resta del año, y alcance la meta de crecimiento del 3.0 %.
Esta decisión del Banco Central tiene sus beneficios y costos. Por ejemplo, una mayor actividad económica implicará aumentos de la inversión y el consumo privado, mejorará el empleo, aumentarán las importaciones; pero, por consecuencia, el peso dominicano con respecto al dólar (tipo de cambio) tenderá a depreciarse y el Banco Central reducirá sus reservas internacionales en dólares.
En realidad, con una depreciación del peso frente al dólar, los precios locales aumentarán, ya que una parte de lo que compra la gente se importa, incluidos los insumos y bienes esenciales como el petróleo, gasolina, gas natural, carbón mineral, maíz, grasas comestibles, entre otros, Por esa razón una posible decisión de la Fed, de incrementar su tasa de interés de referencia, pone al Banco Central en una posición incómoda.