Una “storie” solidaria

Una “storie” solidaria

Una “storie” solidaria

Admiro profundamente a las personas con una genuina vocación de servicio. Y todavía las hay. Seres humanos que se desprenden de caretas, del yo quiero por el qué necesitas, empatizan profundamente y, ante todo, su mejor recompensa es la mejoría de los demás. Pero siento que son una especie en extinción.

Hoy se fomenta la solidaridad de “photocall”, muestra lo que haces para que tenga valor, aunque cuando se apague la cámara vuelvas a girar la cara.

No juzgo, solo analizo.

En esta hoguera de las vanidades que estamos viviendo está de moda ser solidario. Y me parece maravilloso, si realmente avanzáramos se lograra el cambio. Pero no es así. Se queda en algo totalmente efímero, en toda una “instagram storie”.

Y que conste, que no me refiero a dejar de vivir o de prosperar por dedicarse a ayudar a otros. No. Esa es una decisión de vida que pocos hacen y debe ser algo totalmente voluntario. Hablo del día a día, de las pequeñas cosas que si todos hiciéramos se lograrían grandes cambios.

Esa persona que trabaja contigo y no tiene dinero para pagar un pasaje y llegar a su casa. No le des dinero, no le des soluciones momentáneas, ayúdale a prosperar y lograr vías para mejorar su situación y la de los suyos.

Lo que quiero transmitir es que debemos ser parte del cambio, del avance y para lograrlo tenemos que desarrollar nuestra vocación de servicio, salir de nuestro egoísmo natural, hoy en día exacerbado, y pensar qué podemos hacer para que el mundo sea mejor.

Y no me quedo en un concepto tan amplio como el mundo, casi parece una frase hecha, sino qué podemos hacer para que nuestro entorno más inmediato mejore. Dejemos de mostrar lo solidarios que somos y comencemos a serlo.



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