Sufrir la pérdida de un familiar, experimentar una decepción amorosa o un despido laboral pueden provocar que una persona sienta que su corazón está roto.
Sin embargo, esta afirmación no es una metáfora, sino que tiene implicaciones reales sobre la salud de este órgano.
César Herrera, director del Centro Cardiovascular de los Centros de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), dice que esta condición médica de frecuencia progresiva, en los últimos años, está provocada en la mayoría de los casos por una situación emocional estresante de índole laboral, romántica o económica.
También puede presentarse por un desastre natural o en casos de agresión física.
En otros individuos pudiese ser inducida por el estrés físico de una enfermedad aguda, tal como un derrame cerebral, el trauma craneano, la insuficiencia respiratoria, una infección severa o por ejercicio exagerado, sobre todo en el hombre.
Por todas estas razones al síndrome del corazón roto se le conoce también como “cardiomiopatía por estrés”.
El cardiólogo asegura que fue descrito por primera vez por médicos japoneses en 1990, quienes lo bautizaron como “síndrome de takotsubo” debido a que el corazón afectado adquiere la forma globosa de un instrumento usado para la captura de pulpos durante la pesca en aquel país llamado takotsubo.
El médico especifica que a diferencia del ataque al corazón común, en esta cardiomiopatía ocurren dos fenómenos únicos y peculiares: las arterias coronarias, generalmente obstruidas por aterosclerosis en el caso del infarto tradicional, en el síndrome del corazón roto están libres de enfermedad.
Mejoría confusa
Además, tras la ocurrencia del evento, el ventrículo de los pacientes aquejados de takotsubo muestra un retorno a su función normal apenas varias semanas después.
Pero tal recuperación, lamentablemente, no sucede en muchos afectados, quienes por el contrario pueden sufrir graves complicaciones como el shock, la falla cardiaca o la insuficiencia valvular mitral severa.
“Evidentemente el daño al corazón en la cardiomiopatía por estrés está directamente conectado con las hormonas y sustancias liberadas por el organismo ante el estrés: las hormonas esteroides llamadas mineralocorticoides, los neuropéptidos cerebrales y las catecolaminas como la adrenalina.
Estas son capaces de maltratar al tejido cardiaco severamente de forma directa, sobre todo en las paredes frontales (apicales) del corazón por razones aun en investigación”, afirma el médico.
Herrera insiste, además, en que la mayoría de los expertos coinciden en que existen múltiples factores causantes de este desorden cardiovascular, sobre el que investigaciones han revelado un aumento desproporcionado de circulación sanguínea en áreas cerebrales, como el hipocampo, los ganglios basales y el tallo.
Asimismo, existe evidencia de que la interacción entre las áreas cerebrales que integran la respuesta al estrés, como el sistema límbico y la neocorteza, muestran una repuesta anormal tóxica dirigida hacia las paredes del corazón a través de mecanismos aun desconocidos.
Algunas causas
“Es curioso que a pesar de que mucha gente se encuentra sometida a niveles similares de estrés, no todos desarrollarán esta condición, hecho que sugiere la existencia de algún factor predisponente entre los afectados, que pudiese ser de origen genético, hormonal o simplemente como resultado de una mejor capacidad de manejar las emociones.
Otros grupos a riesgo de desarrollar cardiomiopatía por estrés, son aquellos pacientes con ataques de asma severos, los consumidores de marihuana, cocaína e incluso algunos diabéticos muy descontrolados.
Mas, en general, el paciente típico a riesgo es una mujer posmenopáusica.
Son estas mujeres, lamentablemente, quienes con frecuencia son ignoradas o descuidadas por el sistema de atención médica, siendo catalogadas de “histéricas”; por igual, estas pacientes tienden a descuidar sus síntomas catalogándolos como de naturaleza no cardiovascular por lo que lamentablemente acuden al médico quizás muy tarde.
Sobre la evaluación correcta de esta dolencia, Herrera también especifica que esta requiere un ecocardiograma que muestre el patrón de contracción cardiaca típico, ya descrito, un electrocardiograma y pruebas sanguíneas (troponinas) que confirmarán que se trata de una afección cardiovascular.
Inicial
— Contracción cardiaca
La prueba del cateterismo cardiaco o angiografía coronaria mostrará que las arterias no están obstruidas, pero a fin de establecer un diagnóstico definitivo deberá realizarse un ecocardiograma de seguimiento tres semanas después del evento para observarse resolución completa del trastorno.
Recomendación para prevenir
Las recomendaciones generales relevantes a la prevención del síndrome del corazón roto incluyen: un manejo apropiado del estrés emocional, la ansiedad y los trastornos de pánico, además de evitar el uso de drogas alucinógenas.
“Es obvio que las situaciones estresantes inesperadas son incontrolables, sin embargo, debemos desarrollar nuestros propios mecanismos individuales de cómo enfrentarlas, ya que el estrés nunca desaparecerá, sea este de índole emocional, económica o familiar”, indicó.
No debe asumirse que los síntomas de dolor de pecho, dificultad respiratoria o molestia estomacal son provocados por trastornos irrelevantes y sin importancia. Hay que acudir al cardiólogo o a la sala de urgencias ante cualquier síntoma de esta naturaleza.