Entendemos que los jueces deben actuar sin presión y limitarse al análisis de las pruebas que se presentan en un proceso para decidir en consecuencia.
También entendemos que un juez recto debe administrar justicia conforme a la Ley, haciendo uso de la misma para proteger el interés de la sociedad.
Pero asimismo entendemos que estamentos judiciales han sido contaminados por la corrupción y que por lo tanto hay que estar atentos a la actuación de nuestros tribunales.
Es por eso que la Suprema Corte de Justicia tiene que prestar atención a algunos fallos extraños emanados de nuestros tribunales.
Incluso se sabe de estrategias que usa el crimen organizado para debilitar expedientes logrando que jueces en primera instancia excluyan pruebas fundamentales, para que a pesar de que se produzcan condenas iniciales se caigan en apelación por insuficiencia de pruebas.
La sentencia producida el lunes por la Corte de Apelación de San Pedro de Macorís, descargando a cuatro venezolanos acusados de traficar 58 kilos de cocaína en un avión privado detenido en el aeropuerto de La Romana, no puede quedarse como una decisión más.
Este es uno más de tantos fallos extraños que ponen en libertad a imputados por narcotráfico, incluyendo algunos detenidos en medio del decomiso de las drogas.
La Suprema Corte de Justicia y el Consejo del Poder Judicial tienen la obligación de investigar este caso y asegurarse de que no hay gato entre macuto.
