Una respuesta absurda

Una respuesta absurda

Una respuesta absurda

Tenemos las autoridades del gobierno, a todos los niveles, dando explicaciones, intentando vender una razón lógica, que ayude a entender todo lo que se está haciendo y se hará con relación a la transformación de la Policía Nacional y un efectivo plan de seguridad ciudadana.

En el proceso participa, como principal vocero, el presidente de la República, así como abogados, especialistas en el área y otros funcionarios con autoridad, que opinan a través de todos los medios a su alcance.

Todo lo que está ocurriendo se sabía que ocurriría. Todo obedece a una ley de la acción y la reacción. Pero todo parece indicar que la inteligencia del gobierno, incluidos los funcionarios de Interior y Policía, se enfocó en un solo ángulo de la situación.

Todo el plan se estructuró en las acciones venideras, sin medir los alcances que, en el presente, tendría la reacción.

Hace poco el titular de Interior y Policía ofreció declaraciones sobre el desborde que vivimos en materia de seguridad; y planteó: “No hay forma de que podamos nosotros tener un policía en la casa de cada ciudadano”.

Eso que plantea es una excusa más; y no es lo que se le ha pedido al gobierno, al Ministerio de Interior y Policía, aunque ese policía no falte en la casa de todos los altos funcionarios del Estado y de otros que lo fueron y ya están en retiro.

En resumidas cuentas, nos falta un plan de seguridad ciudadana bien orquestado, y que debió discutirse con mucho tiempo de antelación; y conocer opiniones, incluso, de las juntas de vecinos de los barrios vulnerables, y hacer los correctivos de lugar, antes de que llegara el vendaval de inseguridad ciudadana que estamos viendo.



El Día

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