Una renovada Plaza de la Cultura se prepara para Feria del Libro clásica y moderna

Una renovada Plaza de la Cultura se prepara para Feria del Libro clásica y moderna

Una renovada Plaza de la Cultura se prepara para  Feria del Libro clásica y moderna

Fachada del Teatro Nacional, una de las instituciones más visibles de la Plaza de la Cultura, donde tendrá lugar la Feria del Libro este año.

SANTO DOMINGO.-La Plaza de la Cultura “Juan Pablo Duarte” luce renovada, moderna y señorial como si de mostrar sus mejores galas se tratara para acoger la mayor fiesta cultural del año de los dominicanos: la Feria Internacional del Libro que se celebrará del 7 al 17 de noviembre.

Entre los edificios que alojan museos y bibliotecas las explanadas serán convertidas en exhibidores de libros y dispositivos que contienen material de lectura.

La cultura entra por varias puertas y aunque la Feria sea del Libro, a la fiesta van todas las expresiones culturales.

Quizás siempre debió llamarse “Feria de la Cultura”, pero no se puede perder de vista que el libro ha sido el instrumento por antonomasia de difusión del conocimiento.

La Plaza de la Cultura ha sido el escenario más consistente y con mayor nivel de atracción en cuanto a las “Ferias del Libro”. Desde su llegada a ese escenario ha logrado recibir a miles de personas cada día, no así cuando se ha llevado a otros lugares como la Ciudad Colonial o a un Centro de Convenciones del lado oriental de la ciudad.

Transformación festiva
De ordinario en la Plaza de la Cultura se respira paz, tranquilidad e invita al recogimiento, pero durante la “Feria del Libro” se trasforma porque se abre a todo tipo de público facilitando el contacto con el arte y la cultura, teniendo al libro como protagonista principal.

Instituciones públicas y privadas se lucen con pabellones institucionales, las estaciones de ventas de alimentos se dispersan por el espacio, pero son los libreros los invitados de lujo, aunque la tecnología ha llevado a la quiebra a muchos.

Las editoras aún mantienen sus músculos y los muestran en esta actividad para darle vida al libro .
Antes del siglo XV, el libro era de acceso exclusivo de monjes y grandes sabios, pero se hizo más popular desde que el orfebre y artesano alemán Johannes Gutenberg, inventó la imprenta estrenándola con la impresión de la biblia en el año 1440.

Han tenido que pasar cinco siglos para que otro invento, mucho más sofisticado y menos personalizado, produjera una revolución comparable con la de Gutenberg e hiciera más popular la difusión del conocimiento recogido en un texto ordenado.

La definición de libro ha cambiado porque ya no es simplemente el contenido plasmado en hojas de papel y protegido entre una portada y la contraportada. Ahora se habla del libro digital, con posibilidad de tener cientos de ellos almacenados en un simple dispositivo.

Los hijos de ambas revoluciones se encuentran en la Feria del Libro.
Más que libros
Pero la cultura es más que libros y justamente eso queda evidenciado en este escenario que espera mostrar sus mejores galas.

La Plaza de la Cultura está conformada por edificios señoriales y extensas áreas verdes, constituyéndose en un verdadero pulmón urbano y cultura que da la acogida a los amantes de la cultura, el arte y la historia.

Sede múltiple
Inaugurada en 1976, en el lugar acoge edificios que alojan el Museo de Arte Moderno, el Museo del Hombre Dominicano, el Museo Nacional de Historia y Geografía, y la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña. Cada uno de estos espacios ofrece una rica colección de obras de arte, artefactos históricos y documentos que reflejan la riqueza cultural e histórica del país.

Además, también es sede del Teatro Nacional Eduardo Brito, un imponente edificio donde se presentan conciertos, obras de teatro, óperas y otros espectáculos clásicos o populares.

La música y las artes visuales también tienen su espacio en la feria.
No es raro encontrarse con pequeñas tarimas donde se presentan conciertos en vivo ya que todavía no alcanzan la sala Eduardo Brito o la Ravelo del magestuoso Teatro Nacional.

El libro en formato de papel tiene en las ferias momentos cumbres.

También, en los pasillos o con exposiciones de arte que rinden homenaje a figuras literarias o a la cultura del país invitado de honor. Esta convergencia de artes crea un ambiente festivo que trasciende la palabra escrita, haciendo de la feria una celebración integral de la cultura.

Ambiente vibrante
Todas las actividades culturales propias de esta icónica plaza se visten de pueblo durante los días de la Feria del Libro, el evento cultural más esperado cada año en República Dominicana.

Desde el momento en que se cruzan los portones de la Plaza de la Cultura, el visitante se encuentra inmerso en un ambiente vibrante y lleno de energía, donde el amor por la literatura y la cultura se respira en cada rincón.

A medida que se avanza por los amplios pasillos de la feria, las carpas de las editoriales y librerías se despliegan como coloridos oasis literarios, repletos de libros que van desde las últimas novedades hasta clásicos.

El murmullo constante de voces se mezcla con el aroma del café recién preparado en los puestos cercanos, donde los asistentes se detienen a recargar energías mientras hojean sus nuevas adquisiciones.

Los pabellones temáticos son el corazón pulsante de la feria. Aquí, se ofrecen charlas, talleres y conferencias a cargo de autores nacionales e internacionales, quienes comparten sus experiencias y perspectivas con un público ávido de conocimientos.

Los auditorios se llenan rápidamente, y no es raro ver largas filas de personas esperando pacientemente para obtener una firma o una fotografía con su escritor favorito.

a Plaza de la Cultura durante esos 10 días se convierte en el centro de encuentro cultural de los dominicanos.

Camaradería

— Ambiente
Entre los stands, se percibe una atmósfera de diversidad y camaradería. Jóvenes estudiantes, familias, académicos y turistas recorren los espacios, todos unidos por un interés común: la literatura en todas sus formas.



El Día

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