El médico francés Edme-Pierre Chauvot de Beauchêne dijo que “proponerse ser bueno, es serlo ya”.
Justamente que convertirse en una persona buena constituye en una decisión personal, que se traduce en alguien que muestra amor, alegría, paz, amabilidad, bondad, humildad, paciencia y además es capaz de resistir y permanecer leal ante cualquier circunstancia, incluyendo las adversidades.
Es también alguien que ejercita el autocontrol y que considera a los demás más importantes que a uno mismo.