Los asaltos y los robos en las calles parecen ser el rompecabezas de las autoridades. Cada día se reportan ciudadanos víctimas de la ratería de delincuentes callejeros, pero con el riesgo de que puedan perder la vida.
El patrullaje policial no es tan efectivo como debiera, y cada vez más se desata la delincuencia como si fuera una epidemia, con la amenaza de extenderse a todos los sectores.
La ratería motorizada es otro elemento que azota a la población.