El papa Juan XXIII aconsejó: “Nunca vaciles en tender la mano; nunca titubees en aceptar la mano que otro de extiende”.
La expresión encierra un gran mensaje de solidaridad, un concepto que no siempre es bien entendido.
Ser solidario no es dar lo que nos sobra, sino sufrir con el dolor ajeno y tratar de ayudar a las personas que lo necesitan, sin importar que implique quedarnos sin nada, de momento.