Conciencia por la vida es una frase corta, muy corta puede decirse. Es, en realidad, el nombre dado por el Centro de Operaciones de Emergencias, el conocido COE, a la iniciativa impulsada este año para ayudar a quienes salen a festejar —sin los frenos interiores puestos a punto— a evitar daños personales en ellos mismos o en otros.
De las frases cortas se dice que son fáciles de recordarlas. Ojalá que esta tenga la misma suerte.
Siempre, ¡siempre!, es posible hacer algo por los demás, así sea siendo en cierta forma prudentes, medidos en el comportamiento.
De acuerdo con el COE, en esta ocasión cuenta con 48 mil voluntarios, procedentes de varias instituciones del Estado, desplegados en todo el país con la finalidad de promover la conciencia por la vida durante Navidad y Año Nuevo.
Es, en realidad, mucha gente orientando sus acciones hacia un mismo fin. Y sin embargo, siempre prevalece el temor de que algunos cuantos de los que son incapaces de poner a punto los frenos interiores se les cuelen a tantos voluntarios en su tarea de promover la preservación personal y la integridad.
Porque no sólo luto puede ser llevado a la familia propia, o la de los otros, con un comportamiento desmedido, también lesiones permanentes generadoras de congojas.
Si con un poquitito de prudencia es bastante para sacarle mejor partido a la alegría, a la necesidad de compartir y de estar bien, busquémosla en el consejo de un familiar, de un amigo o en la invitación del COE para que este año tengamos una fiesta de Navidad y Año Nuevo íntegros y conscientes del valor de la vida.