Santo Domingo.– La asignación del 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) al Ministerio de Educación mejoró de manera sustancial los ingresos del magisterio en el sector público, pero no cambió la dura realidad y sueldos de miseria de miles de maestros de los que sirven en el privado.
Bajo el principio de la libre empresa, los colegios establecen sus escalas salariales sin regulación estatal, generando una desigualdad estructural que afecta los bolsillos docentes.
Los testimonios recogidos entre docentes de Santo Domingo Este, Los Alcarrizos, San Cristóbal y el Distrito Nacional revelan la discrepancia de las mensualidades entre ambos segmentos (público y privado) a sabiendas de realizar el mismo trabajo, con marcadas diferencias en cuanto a beneficios marginales y las facilidades con que cuentan para impartir clases.
Según datos del Ministerio de Educación, el salario promedio de un docente público ronda los RD$65,578 tras el más reciente aumento del 10 % que se le aplicó a estos. Mientras que los maestros del sector privado reciben entre RD$18,000 y RD$35,000 de mensualidad, sin incentivos por antigüedad ni estabilidad contractual.
Sueldos contrastan con tarifas colegios
En Los Alcarrizos, una madre con dos hijos matriculados en un colegio privado comunitario paga RD$1,800 al mes por el nivel primario y RD$2,500 por secundaria. En la misma zona, un centro semiprivado de orientación evangélica cobra una matrícula anual de RD$8,000, sin incluir servicios adicionales.
En San Cristóbal, los padres consultados pagan entre RD$4,000 y RD$5,000 mensuales en colegios privados tradicionales, mientras que en Santo Domingo Este, una madre informó que paga RD$7,000 mensuales en un colegio semiprivado de nivel secundario.
Esas tarifas contrastan con colegios privado del Distrito Nacional donde, por ejemplo, una madre con dos niños en nivel inicial (hasta mediodía) paga RD$16,000 mensuales; y en un centro bilingüe de alto nivel, la matrícula anual oscila entre RD$225,000 y RD$240,000. Aun así, los profesores entrevistados confirmaron que su salario no supera los RD$30,000 mensuales.
En los barrios populares, las tarifas de los colegios varían según la capacidad económica de las familias y el tipo de institución.
La brecha genera fuga de docentes

“La brecha no responde solo a una diferencia sectorial, sino también geográfica, hay una segmentación incluso dentro del sector privado: no es lo mismo un colegio en Villa Juana que uno en el exclusivo sector de Piantini”, refiere el economista Antonio Ciriaco Cruz, decano de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Para él, la ausencia de regulación provoca una fuga constante de maestros del sector privado hacia el público, en busca de estabilidad y mejores ingresos.
De hecho, en reseñas peridístas del año 2022 publicadas por El Día daban cuenta de la “fuga de maestros” del sector privado hacia el público, una situación que, según se expuso, estaba generando una crisis y afectando el funcionamiento de los centros educativos privados.

Según la publicación de El Día, la razón principal de la fuga de maestros desde los colegios privados hacia el sector público era que los docentes que participaron y ganaron el Concurso de Oposición Docente del Ministerio de Educación estaban siendo nombrados por el Estado, quien les ofrecía mayores beneficios laborales, estabilidad y mejores condiciones salariales que las que recibían en los centros privados.
Disparidad en las tarifas
En los barrios populares, las tarifas de los colegios varían según la capacidad económica de las familias y el tipo de institución.
El economista Ciriaco observa que el Estado mantiene alianzas con colegios religiosos y semiprivados, principalmente católicos, para ampliar la cobertura educativa.
A través del Programa de Apoyo a Centros Educativos (PASE) y acuerdos con instituciones como la Sociedad Salesiana, el Gobierno cubre parte del coste del personal docente, mientras los centros asumen otros gastos con matrículas reducidas.
Sin embargo, estas alianzas no garantizan mejoras salariales ni estabilidad laboral para los maestros involucrados, lo que reproduce la desigualdad dentro del sistema.
El testimonio de quienes enseñan
Desde la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), el dirigente Meregildo De la Rosa atribuye el problema a la falta de un marco de derechos laborales claros, como también ocurre en otras ramas profesionales.

“El maestro del sector privado no tiene una carrera docente; son contratos por año escolar, sin incentivos ni estabilidad. Deberían organizarse para negociar condiciones más justas”.
Un profesor de secundaria entrevistado de un centro educativo privado, que pidió no ser identificado, con más de diez años de experiencia, se limitó a responder: “Hacemos el mismo trabajo que los del sector público, pero nos pagan muchísimo menos; nos vemos obligados a dar tutorías privadas para pagar las cuentas”.
Libre empresa y desigualdad
El presidente del Colectivo Ciudadano por la Calidad Educativa, Juan Valdez, coincide en que la raíz del problema es estructural.

“En el sector privado no hay tarifa fija ni regulación. Los colegios operan bajo la lógica de la oferta y la demanda”, explicó Valdez tras reconocer que esa lógica del libre mercado permite libertad empresarial, pero también profundiza las desigualdades entre maestros de distintos estratos sociales.
Propuestas y soluciones posibles
El economista Ciriaco Cruz propuso que, dentro de una reforma fiscal, se limiten las exenciones tributarias a los colegios de mayores ingresos, para evitar que los beneficios fiscales terminen favoreciendo a los más ricos.
Explicó que, a través de la Ley de Gasto Educativo, las familias formales pueden deducir del Impuesto sobre la Renta los pagos por educación de sus hijos. Sin embargo, este beneficio se concentra en los contribuyentes de clase media y alta, que tienen empleos formales y hacen declaración jurada, mientras que los sectores populares y los colegios comunitarios quedan fuera.
“Los colegios grandes, como los de clase media alta y alta, son los que más se benefician de este mecanismo. En cambio, los colegios pequeños o comunitarios no reciben ese apoyo”, planteó Cruz.
De ahí que el economista considera que, en una eventual reforma fiscal, las exenciones deben estar condicionadas por el nivel de ingreso de las familias y el tipo de institución, para evitar que los incentivos públicos terminen ampliando la brecha entre colegios de élite y de bajo costo.
Por su parte, la ADP sugiere crear una figura sindical para los docentes privados, con el fin de establecer acuerdos de salario base y condiciones mínimas de trabajo supervisadas por el Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Educación.
La libre empresa seguirá siendo un principio válido en la gestión educativa privada, pero la ausencia de límites mínimos perpetúa la inequidad. Garantizar salarios dignos no implica eliminar la autonomía de los colegios, sino equilibrar el derecho a competir con el derecho a enseñar y vivir con dignidad.
Este reportaje forma parte del trabajo final del Diplomado “Contrarrestando la desinformación y los discursos de odio”, impartido por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) con apoyo de la UNESCO.
La idea de este trabajo es promover un periodismo responsable, basado en datos y evidencias, que contribuyan a visibilizar las desigualdades estructurales del sistema educativo sin recurrir a la desinformación ni a narrativas polarizantes, fomentando en cambio un debate constructivo y orientado a la búsqueda de soluciones.
Algo más.-
En cuanto a políticas públicas, el Senado aprobó en primera lectura la modificación de la Ley 86-00, que permitiría al Ministerio de Educación regular las tarifas por reinscripción en los colegios privados, pero no contempla regulación salarial, lo que abre el debate sobre el rol del Estado frente a la desigualdad educativa.
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Katherine Espino
Katherine Nicole Espino Cuevas. Periodista, locutora profesional y CMM. Máster en Comunicación Política Avanzada por Next Educación (Madrid). Amante de la escritura bien hecha, las historias con sentido humano y las causas sociales. Creo en la comunicación con propósito, en los valores y en...