En estos días, durante una lluvia de ideas con mi equipo, surgió la pregunta de qué es lo que más satisfacción te produce en la vida.

Y resultó curioso que, para empezar, todos dudaran sobre qué contestar, como si fuera algo en lo que nunca habían pensado.

Y, después, tras preguntarles llegaran a conclusiones muy generales para, al final, lograr verbalizar algo concreto sobre lo que hasta ellos mismos estaban sorprendidos.

Eso me lleva a pensar que nos enseñan a ver lo negativo, lo que nos hace infelices de una manera bien exacta, pero nos venden la felicidad de una manera totalmente genérica cuando, en realidad, cada persona tiene su propio baremo emocional para saber qué es lo que real y efectivamente les regala satisfacción en la vida.
Si nunca se han planteado esta pregunta o cuando lo hacen la respuesta es muy amplia, traten de responder de la manera más sincera y concreta posible.

Me refiero a verbalizar de manera descriptiva qué es lo que les dibuja una sonrisa, les da paz, les trae las emociones más positivas y quizá, solo quizá, hasta se sorprendan.

También en estos días, por situaciones varias, llegaba a la conclusión de que hay demasiadas personas que se amarran a los problemas, que los llaman, que siempre ven el lado más catastrófico de todo y creo que eso es muy triste y que tiene que ser agotador.

Yo no digo de vivir en las nubes y pensar que todo es maravilloso, pero sí de tener una actitud de ver las cosas por el lado bueno, por aquello que pueda ser positivo y no llamar a los problemas porque, eso todos los sabemos, estos llegan solos y cuando no los esperas.
Así que sonrían y acaben esa lista de lo que les hace felices.