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Alemania, sede de la cervecera activa más antigua del mundo fundada por monjes bávaros hace mil años, es sinónimo de cerveza y de la industria de 10,000 millones de dólares del país.
Sin embargo, el consumo y la producción en Alemania están en baja desde hace siete años.
Los alemanes, en cambio, beben más vino, cafés de estilo italiano y cócteles de verano como Aperol Spritz.
Ante esto, las cerveceras alemanas buscan volver a poner de moda la cerveza siguiendo los pasos de EU, donde Boston Beer Co. Inc., que vende la marca Samuel Adams, fue una de las instigadoras del auge de las cervezas artesanales que cobró impulso en los últimos cinco años.