París.- La polémica ley que pretende limitar en Francia la difusión de imágenes de las fuerzas del orden recibió este sábado una nueva gran manifestación en su contra, que denunció un recorte de las libertades y acabó con incidentes entre encapuchados y agentes.
La protesta en París, la segunda multitudinaria en una semana, partió de la céntrica Plaza de la República hacia la de Bastilla, pero la convocatoria se había extendido también a otras ciudades del país.
Solo en París acudieron 46.000 personas, según el Ministerio del Interior, mientras que para las 18.15 (17.15 GMT) se habían producido nueve arrestos, tal y como explicaron a Efe fuentes de la Prefectura de Policía.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, señaló en Twitter que hay un balance provisional de 37 policías y gendarmes heridos en las protestas, y condenó ‘una vez más’ los ataques ‘inaceptables’ contra ese cuerpo.
Los altercados tuvieron lugar en la capital a su llegada a Bastilla, con destrozo de material urbano por parte de algunos encapuchados y lanzamiento de gases lacrimógenos y cañones de agua por parte de la policía para contenerlos.
El llamamiento, apoyado por partidos de izquierdas, estuvo impulsado por sindicatos, asociaciones de prensa, organizaciones de defensa de los derechos humanos y hasta por los ‘chalecos amarillos’, que advirtieron de que Francia corre el riesgo de integrar la lista de países que violan la libertad de la prensa.
En el punto de mira de esa proposición de ley, aprobada esta semana en primera lectura por la Asamblea Nacional antes de proseguir en enero su tramitación en el Senado, está el artículo 24, que sanciona con hasta un año de cárcel y 45.000 euros de multa el difundir imágenes de los agentes con la intención de dañarlos.
‘Impulsa una impunidad policial que ya está bastante presente con un Gobierno al que no le importan los medios para conseguir su objetivo de restablecer el orden’, declaró a Efe Dominic Leroy, técnico audiovisual y ‘chaleco amarillo’ que participó en la protesta parisina.
Sus integrantes fueron mayoritariamente jóvenes, con carteles como ‘Salvad vidas, filmad a los policías’ o fotografías de la última actuación violenta que ha provocado la rabia ciudadana, la de la agresión a un productor musical negro, Michel Zecler, en un control el pasado sábado por no llevar mascarilla.
‘Es importante que luchemos por nuestras libertades. Si la ley se aprueba, será un paso atrás. El foco no debería estar en la protección de los policías’, apunta Iana, estudiante de 17 años para la que esta fue su primera manifestación.
El primer ministro, Jean Castex, propuso esta semana que una comisión independiente se encargara de examinar y reescribir el controvertido artículo, pero tuvo que dar marcha atrás y dejarlo de nuevo exclusivamente en manos del Parlamento ante las críticas recibidas por parte de ambas cámaras.
El clamor contra las fuerzas del orden llevó además este viernes a que el presidente, Emmanuel Macron, intentara atajarlo con un amplio mensaje en las redes sociales en el que admitió que las imágenes de la actuación policial contra el productor son ‘inaceptables’.
Al mismo tiempo, el jefe del Estado pidió a su Ejecutivo que le haga llegar ‘rápidamente propuestas para reafirmar el vínculo de confianza que debe existir naturalmente entre los franceses y quienes los protegen’.