Una enseñanza del paro
El paro de labores convocado el martes por una importante organización del transporte de pasajeros sirvió, sin proponérselo, para demostrar que la colectivización del transporte y la retirada del servicio de numerosas unidades ineficientes contribuiría enormemente a mejorar el tránsito en el Gran Santo Domingo.
Muchos estudios respaldan lo que ayer se pudo comprobar en la práctica.
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Autobuses incorporados al servicio de pasajeros pudieron mover a los usuarios a su destino, lógicamente, que con las precariedades y dificultades del conflicto y de la urgencia.
Quiere decir, que ya de manera ordenada, planificada, muchas de esas rutas pueden ser servidas por autobuses que, a su vez, se enlacen con el sistema del metro y sustituir los centenares de unidades destartaladas e ineficientes.
En esa solución se puede contemplar incorporar y formalizar como empresas a esas agrupaciones que hoy se hacen llamar “sindicatos”, pero que en realidad son empresas de transporte de pasajeros, e incorporarlas como prestadoras de ese servicio.
Un sistema eficiente de transporte colectivo también motivaría a muchas familias a dejar en casa sus vehículos, lo que además de generarles ahorros, también contribuiría a que menos de estos circulen en la ciudad.
Los munícipes del Gran Santo Domingo se merecen esa oportunidad.
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