La celebración del Día de la Constitución cobra una significación especial porque hace apenas unos días atrás, entró en vigor una nueva Carta Magna que tiene aspectos que pueden ayudar a consolidar la institucionalidad y fortalecer nuestro sistema democrático.
La de 1844 fue una Constitución adecuada para la época, aunque tenía la mancha de aquel artículo incluido bajo coerción para darle poderes dictatoriales al Presidente de la República en caso de necesidad por la guerra que se libraba por la Independencia contra un Haití que se resistía a abandonar este lado de la isla.
Al margen de la conveniencia o no de esa disposición en su momento, el caudillismo quedó impregnado en la historia constitucional dominicana, por lo que tiene tanta significación que la alternabilidad quede consignada como una cláusula pétrea.
Este cambio marca un avance significativo en la cultura política dominicana, al establecer límites más claros y duraderos que protegen la esencia de la democracia y disuade las reformas oportunistas sobre la reelección presidencial.
La reelección, que ha sido un tema recurrente y divisivo en el pasado, ahora se encuentra con límites pétreos en el actual ordenamiento constitucional dominicano.
República Dominicana se encamina, con esta nueva Constitución, hacia un modelo de gobierno más participativo y con mayores controles democráticos.
Este Día de la Constitución la ciudadanía celebra un documento que busca hacer honor a su propósito de salvaguardar los derechos, proteger la soberanía y consolidar la democracia.