Una cita con las urnas

Una cita con las urnas

Una cita con las urnas

En unas horas los dominicanos elegirán al presidente de la República, a su vicepresidenta y a los miembros del Congreso que ocuparán los 32 escaños del Senado y los 190 de la Cámara de Diputados.

En escasos días, todos los dominicanos mayores de edad, tendremos una nueva cita con las urnas. Este evento cívico y democrático, compromete el presente y futuro de la nación. Más de una veintena de partidos y movimientos políticos han desplegado una profusa campaña que tiene por objeto elegir el presidente, vicepresidente, senadores y diputados para el período constitucional 2024-2028.

En los últimos procesos electorales, la República Dominicana ha logrado consolidar un modelo democrático de estabilidad política, que, a su vez, ha permitido desarrollo social y económico.

Antecedentes de una gran crisis política

Las cuestionadas elecciones del lunes 16 de mayo de 1994 abrieron una etapa de turbulencia en el sistema político dominicano. La oposición, encabezada por el Partido Revolucionario Dominicano, y su candidato y líder, José Francisco Peña Gómez, denunciaron la alteración de la voluntad popular, con maniobras que, dieron al traste con el período de gobierno 94-98.

Roberto Ángel Salcedo

La intervención de distintos sectores de la sociedad, sumados a los partidos políticos involucrados en el conflicto, lograron acuerdos significativos, contenidos en lo que posteriormente se conoció como el “Pacto por la Democracia”.
Este acuerdo, firmado el 10 de agosto de 1994, establecía la convocatoria a una reforma constitucional que buscaba el establecimiento de una nueva fecha para la realización de las elecciones presidenciales. Fueron pactadas para el 16 de mayo de 1996. Se acordó, consecuentemente, la separación de las elecciones congresuales y municipales, la prohibición de la reelección presidencial por dos períodos consecutivos, y se formalizaba, por vez primera, el sistema de doble vuelta electoral, si en una primera ronda de votaciones un candidato no alcanzaba el 50 +1 de los sufragios válidos.

A partir de las elecciones de 1996, la República Dominicana ha venido, sistemáticamente, mejorando su desempeño electoral, con más participación y generando mayor confianza entre los distintos sectores de la vida nacional. Treinta años después de esos convulsos episodios que marcaron nuestra historia política y democrática, tenemos a una sociedad más madura, más crítica y analítica; con instituciones que han aumentado su credibilidad y compromiso con la institucionalidad del país.

Volviendo a la actualidad, nos abocamos a unas nuevas elecciones generales, el próximo 19 de mayo, que fueron precedidas por una intensa campaña municipal, que, a su vez, marcó el inicio del año en curso y culminó con el exitoso certamen del pasado 18 de febrero.

Perspectivas presidenciales y congresuales

El oficialista Partido Revolucionario Moderno, habiendo ganado abrumadoramente el evento municipal, reconfiguró su esquema de cara al compromiso del 19; procuró la unificación de mensaje entre los candidatos a senadores, uniformidad en la imagen de la candidatura presidencial, y promovió la integración partidaria a la línea de campaña.

Hoy, las encuestas proyectan más de 26 senadurías; una mayoría robusta en la Cámara de Diputados y, principalmente, donde se hace más notoria la favorabilidad popular es en lo concerniente al apartado presidencial: Luis Abinader, por primera vez, en una contienda democrática, desde la fundación de la República, posee el mayor porcentaje de intención de votos, bordeando el 70 %.

La capital dominicana

Como centro político y económico del país, el Distrito Nacional siempre ha estado en el ojo de la opinión pública nacional. Históricamente, todos los niveles de elección atrapan la atención y, se convierten en uno de los temas fundamentales para medios, tertulias, reuniones familiares, encuentros empresariales, y discusiones de campaña. En esta oportunidad no ha sido la excepción. El oficialismo postula dentro de su coalición a un aliado, el Dr. Guillermo Moreno, y se establece, de forma inmediata, los comparativos frente a la opción presentada por la oposición.

Lo que ocurre en el Distrito Nacional, coincide con el modelo de actuación asumido por el PRM respecto a sus aliados. En La Romana, con el Reformista Frank Martínez; en La Vega con el amigo Ramón Rogelio Genao y en Santiago Rodríguez con Antonio Marte, opera el mismo sentido de unidad en criterio y homologación de la estrategia de campaña.
Cuando se analiza el fortalecimiento de la estructura del gobernante partido Revolucionario Moderno en la capital, la integración monolítica de todo su liderazgo político y social, la robusta boleta de diputados en las tres circunscripciones electorales, la amplia aceptación del gobierno local, y la apreciable ascendencia popular del presidente Luis Abinader, conducirán, indefectiblemente, a una importante victoria de la coalición oficialista, también en el nivel senatorial.

Retos antes y después del 19

En estos días finales, el mayor desafío, sobre todo para quien domina la intención de votos, es traducir el deseo y el anhelo expresado en los estudios de opinión, en un hecho concreto. Para el oficialismo, los últimos eventos proselitistas se han caracterizado por un desbordamiento de simpatías, alegrías y, particularmente, una integración ferviente de distintos sectores de la sociedad. Habiendo cumplido la campaña electoral, en los plazos otorgados por la Junta Central Electoral, queda el trabajo logístico y de organización que conduzcan, sin espacio a dudas, a una votación ordenada, pero masiva.

La movilización de la mayor cantidad posible de electores conferiría un mandato preciso y contundente, que, por consiguiente, brindaría mayor legitimidad al nuevo período constitucional, que iniciará el próximo 16 de agosto.
Para el presidente Luis Abinader, y la coalición que encabeza el Partido Revolucionario Moderno, se hace imprescindible lograr una jornada electoral concurrida y que cuente una efectiva observación nacional e internacional del proceso.

La cita con las urnas está muy próxima, a través de un proceso abierto, libre y diáfano, volveremos a ganar, porque el cambio sigue y para la República Dominicana, lo mejor está por venir.

Por Roberto Ángel Salcedo



El Día

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