Una carta pública

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Una carta pública

Renaldo Bodden

Queridos amigos: Les informo que después de todo el trabajo que paso durante la temporada con mis dos inquilinos naturales, ahora me están realizando una cirugía para que reciba a cuatro visitantes caribeños de la disciplina en la que le caen a patadas a una pelota.

Recuerda que desde octubre hasta finales de enero recibí una pela diaria, mañana y noche, con la paralela, y porque los muchachos dizque clasificaron.

En la etapa de semifondo, lo que llaman round robin, mientras mi compañero de La Romana descansó tres días seguidos, yo aguantaba cajeta diaria, porque un día venían los rojos, y el otro los azules.

Y, para colmo de males, en la etapa final también pasaron juntos y se tomaron un solo día libre. Suerte que nada más vinieron seis veces, de nueve programadas. Pero esa es la vida, la temporada anterior se fueron temprano y lo cogí suave desde el 21 de diciembre, y aproveché para dejarme el pelo largo y ni prendía las luces.

Ah, en febrero de este año también se antojaron con traer unos muchachos de México, Venezuela, Puerto Rico, más los de aquí, por eso terminé como una gallina matada a escobazos. Ahora solo escucho que me tienen por las cuatro esquinas porque no estoy preparado para recibir a un tal Clásico que está invitado para marzo de 2017.

Ojalá no se inventen un show de esos que me dejan lleno de colillas y condones. Me estoy cansando, ya tengo 60 años. Espero mejor trato. Atentamente, terreno del Estadio Quisqueya Juan Marichal.



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