Una carga muy pesada

Cuando el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenible (CREES) divulgó el informe titulado “¿En qué ha gastado el Gobierno de República Dominicana hasta mayo 2025?”, tuve acceso a él, gracias al envío de material económico que suele hacer a sus allegados el avezado y bien ponderado profesor de economía y excelente comunicador de esa rama, Carlos Cuello.
El CREES, creado en RD en el año 2009 por empresarios y economistas, es definido como un centro de pensamiento e investigación económica, cuya misión principal es promover sociedades libres y prósperas mediante el desarrollo de propuestas de políticas públicas que fomenten la libertad económica.
Los datos dados a conocer por esta entidad muestran un presupuesto con prioridades claras, pero también con desafíos significativos, especialmente en relación con el peso de la deuda pública, por lo que, sin dudas, la forma en la que se gestionen las políticas y compromisos tendrá un impacto directo en el desarrollo socioeconómico y el bienestar de la población dominicana.
El estudio establece, por ejemplo, que en el período enero-mayo 2025, el mayor volumen, 152 millones 176 mil pesos, para un 26.5 %, fue destinado al pago de intereses y comisiones de la deuda pública, seguido por el sector de la educación, con 111 mil 150 millones 500 mil pesos, para un 19.4 %, y la protección social, con 61 mil 485 millones 100 mil pesos, para un 10.7 % del gasto en general.
A pesar de lo pesado que pueda lucir esta realidad en la que se afirma que más del 50 % del gasto del Gobierno en el presente año se ha concentrado en sólo tres segmentos y que el primero es el concerniente a intereses de la deuda pública, los más optimistas, que es como la mayoría desearía que se produzcan las cosas, consideran que este cuadro presenta una importante oportunidad de fortalecimiento.
Indican que República Dominicana podría construir una base más sólida para un crecimiento sostenible y una mayor prosperidad para la población, siempre y cuando las autoridades impidan que la muy pesada carga de la deuda pública, cuyos intereses se llevan más de una cuarta parte del presupuesto, pueda afectar el potencial de desarrollo socioeconómico del país, a partir de las inversiones en capital humano.
Es sabido y consabido que “aquellos polvos trajeron estos lodos” y que el elevado nivel de la deuda pública no es un indicador que se ha producido sólo de la noche a la mañana, sino que es resultado de déficits fiscales acumulados desde hace mucho tiempo, cuya hemorragia no ha cesado.
Satisface saber que la educación recibe una parte importante del presupuesto, casi el 20 % del total de los gastos, aunque lo importante es que se pueda determinar el impacto que esto tiene en el desarrollo humano, en la equidad social, en la mejora de la productividad, en el fomento de la innovación, así como en la calidad misma de la educación.
La inversión en educación es fundamental para el capital humano, porque impacta aspectos que ya se han mencionado, pero es importante analizar si este gasto se traduce en una mejora efectiva de la calidad educativa, acceso equitativo y pertinencia de los programas de estudio y sus enfoques.
Desde el año 2013, República Dominicana asumió el compromiso de destinar el 4 % del PIB a la educación preuniversitaria, lo que ha impulsado el gasto en ese sector, que, a más de 10 años del cumplimiento presupuestario, parece sugerir la necesidad urgente de monitorear si los fondos han sido utilizados eficientemente para impactar favorablemente los indicadores educativos.
Respecto al tercer renglón que ocupa la atención del gasto, la protección social con el 10.7 % del total, es evidente que busca la cohesión social, porque esto incluye los programas de asistencia, las pensiones, los subsidios y los programas especiales que se destinan como fuerza motora para la reducción de la pobreza y la mitigación de la desigualdad.
Los demás renglones incluidos en el informe son, en el orden de gastos, la salud, con un 9.6 %; energía y combustible, con 6.7 %; administración general, con un 6.3 %; justicia, orden público y seguridad, con un 5.0 % y transporte, con un 4.7 %.
También está la Defensa Nacional, con un 3.4 %; asuntos económicos, comerciales y laborales, con un 2.0 % y el resto de los gastos, con un 5.7 %. Al aplicar el muy reconocido dicho popular de “zapatero a tus zapatos” y tras ver los datos que, a veces, suelen ser tan fríos que son capaces de conducir a uno hasta el mismísimo sepulcro.