Un triunfador

Un triunfador

Un triunfador

“Fulano de Tal es un triunfador. Míralo ahí, gordo, colorao y con cuartos”.

Así piensa mucha gente, sin detenerse a definir cuáles son los parámetros válidos para encasillar lo que es el triunfo.

Si triunfar consiste solamente en acumular grandes fortunas y tener la barriga llena, tendríamos que aceptar que muchos bandidos, tramposos y desalmados son merecedores de aplausos, aunque su “éxito” descanse en la desgracia ajena.

¿Fue Jesucristo un triunfador? Visto desde el punto de vista de los principios en los cuales él creía, sí lo fue, aunque vivió en la pobreza y comió sobriamente.

Ghandi andaba en chancletas, vestía con una sábana y se apoyaba en un palo retorcido. Cambió la Historia y nadie duda de que fue un verdadero triunfador.

¿Quién duda que Juan Pablo Duarte, a pesar de ser incomprendido por muchos y haber terminado sus días en la miseria y lejos de su amada patria, fue un triunfador?

Miremos a nuestro derredor, a nuestros vecinos, al hombre o la mujer comunes  que pasan inadvertidos por nuestra calle, y tratemos de penetrar en lo más recóndito de sus almas para descubrir triunfadores anónimos, pero triunfadores al fin y al cabo, sencillamente porque viven apegados a sus principios y abrazados a sus virtudes.



El Día

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