Santo Domingo.- La pasión, el drama y la intensidad vocal de La Lupe —la legendaria cantante cubana que marcó una era en la música latina— volverán a sentirse el próximo martes 28 de octubre, cuando Lungo mare acoja un tributo dedicado a su vida y legado artístico.
La producción, a cargo de Marina Frías y Carlos Echenique, reunirá sobre el escenario a un grupo de destacadas intérpretes dominicanas que rendirán homenaje a la llamada “reina del latin soul”,
una artista que rompió moldes en los años sesenta y setenta con su estilo inconfundible y su energía desbordante.
Entre las invitadas figuran Ruth La Cantante, Sabrina Estepan, Susana Silfa, Karinas Aguasvivas, Sonya Peña y Keren Dinzey, quienes interpretarán los temas más emblemáticos del repertorio de La Lupe en un espectáculo que combina elegancia, fuerza escénica y una mirada contemporánea a su obra.

Cantaba con el alma Nacida en Santiago de Cuba, Lupe Victoria Yolí Raymond (1936–1992) descubrió su vocación artística mientras trabajaba como maestra.
Pronto dejó el aula para lanzarse a los escenarios de La Habana, donde comenzó su carrera con el trío Los Tropicuba, junto a su esposo Eulogio “Yo yo” Reyes. Su talento desbordante la llevó a conquistar los clubes más importantes de la capital cubana, como La Red, donde su estilo visceral y su presencia escénica la convirtieron en una figura irrepetible. En 1962 emigró a Nueva York, donde grabó junto al percusionista Mongo Santamaría y, posteriormente, con Tito Puente, quien la consagró como una de las voces más poderosas del boogaloo y el latin soul
Temas como Qué te pedí, Puro teatro y La gran tirana inmortalizaron su voz, logrando una mezcla de lamento, fuego y entrega absoluta. “La Lupe cantaba como si se jugara la vida encada nota”, escribió alguna vez el crítico Ernesto Lechner. Su estilo fue tan intenso que en los estudios de grabación los ingenieros de sonido decían que “había que apretar REC y agarrar lo que se pudiera”.
Una leyenda indomable
Su carrera inició a finales de la década de 1950, cantando en bares en La Habana. La Lupe dejó una huella imborrable. Fue una mujer que se impuso en un mundo musical dominado por hombres, desafió las normas escénicas de su tiempo y representó la fuerza del Caribe y la autenticidad de la cultura afrolatina.
Su declive en los años setenta —marcado por problemas personales y de salud—no borró su legado.
Se retiró de los escenarios en 1980, se dedicó a la vida espiritual y falleció en el Bronx en 1992.
Tres décadas después, su voz sigue viva, inspirando a nuevas generaciones de artistas.
Una noche de nostalgia
El Tributo a La Lupe en Lungomare Bar Lounge será una celebración de esa energía femenina indómita, de su teatralidad y de su profundo sentimiento caribeño. Con una cuidada puesta en escena, las artistas invitadas interpretarán los grandes éxitos de la cubana en un ambiente íntimo y elegante, evocando los años dorados del latin soul. Ubicado en el corazón del malecón, Lungomare Bar & Lounge se ha con solidado como un espacio de referencia para la música en vivo y los espectáculos de calidad en Santo Domingo.
Este tributo promete ser mucho más que un concierto: será una experiencia para revivir la fuerza y la autenticidad de una mujer que cantó con el alma y dejó una marca eterna en la historia de la música latina.
Problemas con La Fania
En 1978 La Lupe pedía encarecidamente a Fania que dejara de manejar sus discos, para así poder buscar acomodo en otra casa disquera. Tito Puente, incluso, intercedió para que eso sucediera, pero la respuesta
que recibieron fue la propuesta de grabar un disco, La pareja, de desigual factura y poca relevancia entre el público. La casi nula publicidad que recibió la grabación contribuyó a que el esperado retorno de la cantante fuese solo una ilusión.
Ya en la pobreza, con su mansión hipotecada, se mudó a Puerto Rico durante unos meses, mientras esperaba recibir algún contrato para cantaren los escenarios. El viaje a Puerto Rico fue el fracaso sobre su fracaso, ya que le trajo problemas con varias cadenas televisivas, su peculiar estilo de bailar e interpretar algunas canciones que ya no eran bien recibidos.
Concierto
Un poco de historia
A finales de los 80 se convirtió al evangelio y compuso e interpretó canciones religiosas. Su forma interpretativa
siempre tuvo la
facultad de agregarle
su impronta popular
y cabaretera.