República Dominicana acaba de dar un salto institucional gigante, cuya valía quizás no se reconozca en su justa dimensión ahora.
Incluir como cláusula pétrea la imposibilidad de cambiar el régimen sobre la reelección dará un respiro a los dominicanos, pues ya no resultará atractivo para los gobernantes de turno estar acotejando la Constitución de la República a sus apetencias continuistas.
A modo de instrucción es importante que la gente entienda que la reforma de la constitución se convoca mediante una ley y que por tanto si esa ley incluye algunos de los puntos contenidos en una cláusula pétrea automáticamente se cae la convocatoria por inconstitucionalidad de la ley de convocatoria.
En lo adelante los presidentes saben que a lo más que pueden aspirar es a dos periodos y pueden dedicarse a gobernar sin aspiraciones continuistas.
Pero también se va creando una camada de estadistas con expresidentes en retiro y sin posibilidad de retornar.
Están creadas las condiciones para erradicar el caudillismo que tanto daño le ha hecho a la República Dominicana y que en gran medida es responsable del estancamiento institucional del país.
Había país antes de los mesías políticos y habrá después de ellos.
La nueva Constitución tiene muchos aspectos relevantes que iremos comentando más adelante.