No me parece del todo descabellado el reclamo de académicos y políticos haitianos para que Francia devuelva a Haití el dinero que la nación caribeña tuvo que pagar a la potencia europea para que ésta la reconociera como Estado, después de haber declarado su independencia en el año 1804.
Como se sabe, Haití, antigua colonia francesa, se proclamó independiente en ese año bajo el liderazgo de Toussaint LOuverture y Jean Jacques Dessalines, una de cuyas primeras medidas fue la abolición de la esclavitud.
Para reconocer la pérdida de su fructífera colonia, Francia exigió un rescate consistente en una elevada suma que hoy equivaldría, según los reclamantes, a 17,000 millones de euros (más que suficiente, pienso yo, para paliar los daños sufridos por el terremoto de enero).
No está demás recordar que, habiendo invadido los haitianos el lado oriental de la isla, que constituye hoy la República Dominicana, una parte de la recompensa mencionada tuvo que ser aportada por los habitantes de esta mitad.
Quizás un pago de 17 mil millones de euros sea un poco exagerado, pero como reparación histórica, Francia debería tener la nobleza de devolver a Haití lo que le pertenecía como consecuencia de su lucha por su libertad e independencia.