
Personal de seguridad de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en cuyo campus principal hubo ayer un raro incidente en el que fue usada por lo menos un arma de fuego, actuó con diligencia al poner bajo control a un tirador que de otra manera pudo haber causado un gran daño en un recinto generalmente muy concurrido.
Hasta donde se tenían informaciones al cierre de esta edición de EL DÍA, ningún estudiante resultó lesionado.
Por lo visto hubo tres personas heridas, dos de ellas en medio del tiroteo, y la tercera, tal vez extraña al campus universitario, que debió ser conducida a un hospital por magullones al parecer originados en golpes o forcejeos, y una herida en la cabeza.
Las autoridades universitarias decidieron la suspensión de la docencia tras el suceso, que causó alarma entre estudiantes y docentes, lo mismo que en el ambiente externo, compuesto por parientes y relacionados de los cientos de miles de estudiantes de la Autónoma.
Los incidentes con armas de fuego en campos universitarios o recintos escolares son raros en el país.
Hechos cada vez más distanciados, pero con un marcado matiz de orden público, confrontaba a grupos de estudiantes con agentes de la Policía Nacional, lo que podía llevar intranquilidad, gases lacrimógenos y disparos al entorno del recinto de la UASD en el Distrito Nacional.
Pero la ocurrencia de estas confrontaciones por lo regular exponía en primer término a los elementos politizados o vinculados a reclamos puntuales de carácter académico.
Saludamos la rapidez con que el suceso fue superado.