Un problema poco discutido de eliminar el arrastre

Un problema poco discutido de eliminar el arrastre

Un problema poco discutido de eliminar el arrastre

Con el análisis de la aplicación de normas jurídicas suele ocurrir que cuestiones importantes escapen a la mirada de los especialistas, quedando su identificación en otras manos.

Este fin de semana confirmé esto al hablar sobre el el arrastre y la aplicación de la Ley Orgánica de Régimen Electoral 15-19 con una persona de mis afectos que no es abogado.

Durante la conversación, me dijo que se había percatado de que no estaba discutiéndose un aspecto que a él le preocupa. Admitió que entendía mi argumento sobre la preferencia del Constituyente a favor de la eliminación del arrastre entre diputados y senadores, pero que de ahí deriva un problema relevante.

Resulta que en la actualidad los diputados se eligen por circunscripción mediante un sistema en el que el voto del ciudadano cumple dos funciones: en primer lugar, decide cuántos candidatos resultan electos por cada partido; y decide cuáles de ellos son seleccionados para las curules.

Me explico. En una circunscripción en la que se escogen seis diputados, cada partido presenta igual cantidad de candidatos.

Al contabilizarse los votos, primero se determina qué cantidad de escaños corresponde a cada partido. Una vez asignados los escaños, se ordena la lista de candidatos de cada partido según el número decreciente de votos obtenidos; es decir, de mayor a menor cantidad.

A los que ocupen los primeros lugares en cada lista se les consideran electos. Si un partido obtiene dos diputados se consideran electos los dos primeros de la lista, si obtiene tres se consideran electos los tres primeros, y así hasta que se hayan asignado todos los escaños.

Este sistema tiene una característica: un candidato del partido A puede alcanzar individualmente más votos que ningún otro candidato en su circunscripción, pero no resultar electo porque el mal desempeño de sus compañeros de partido impide que la suma de votos sea suficiente para que a la organización se le asigne un diputado. Cosas similares han ocurrido con el sistema actual, y es aceptado por todos.

Pero si el voto de los diputados es directo dentro de una circunscripción plurinominal, podríamos encontrarnos con una circunstancia inversa.

Es decir, que un partido saque la mayor cantidad de votos en una circunscripción, pero que la distribución relativamente equitativa entre sus candidatos y el desequilibrio de votos entre los candidatos de los demás partidos tengan como consecuencia una representación minoritaria o nula.



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