*Por Elías Ruiz Matuk
Cuando Leonel Fernández fue obligado a salir del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) e inició la construcción de un nuevo partido, la Fuerza del Pueblo, (FP), primero aumentó las posibilidades de que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) pudiera conquistar el poder, como finalmente lo hizo.
Fernández logró una gigantesca hazaña, que fue la de en aproximadamente siete meses, haber conformado su partido, logró colocarse como mayoritario, al alcanzar alrededor de un 5% en las elecciones y tener representantes en distintos ayuntamientos del país y en el Congreso Nacional. De eso, no hay ninguna duda.
Sabiéndose que con ello no es para alcanzar la presidencia de la República en el 2024, Fernández continuó su política de juramentación de nuevos miembros de la organización que dirige y la mayoría de estos pertenecen a los que llaman “el viejo partido” desangrando así al PLD.
Pero, como Danilo Medina no es “manco” , ha tratado de desmeritar estas juramentaciones, diciendo entonces que comenzará a juramentar, también a nuevos dirigentes en su organización, esta vez, el PLD.
Pero los números que ofrece Medina son de 10,000: 5,000, 20,000 nuevos miembros, lo que a nuestro modo de ver, no solamente busca contrarrestar a la Fuerza del Pueblo y su líder Fernández, sino también desacreditar el proceso de juramentaciones.
Esto, creemos, de alguna manera y no del todo, ha logrado sus objetivos, puesto que ya en las redes sociales se preguntan si en el país hay tantas personas para juramentar, y si se toma en cuenta el número y se multiplican por los meses y días que faltan para las elecciones, llegaríamos a ser una población de 20 millones de habitantes.
Mediante el mecanismo de juramentaciones de Fernández, dijo llevar ante la Junta Central Electoral (JCE) un padrón de su partido, FP, un número ya de un millón, 70,000 miembros.
Por supuesto, que esto le supo a vinagre a Medina y de inmediato, dijo que esto era mentiras y se autodefinió como el líder de la oposición política, advirtiéndole al PRM que era con él que se iban a enfrentar en las próximas elecciones del 2024.
Estas declaraciones acendró el hecho de que aún queda en Medina el resentimiento contra quien fuera su compañero de partido, pero que por circunstancias de las mismas mieles del poder, ninguno, ha logrado superar.
Es por ello que decimos que, el presidente Luis Abinader, finalmente lo que hace es esperar sentado que estos líderes opositores “se maten entre ellos” y así no tener una fuerza cohesionada que los pueda contrarrestar en unas próximas elecciones presidenciales.
Si Fernández logra finalmente seguir sangrando al PLD y colocarse en un segundo lugar en las elecciones presidenciales en el 2024, diría que sería una de las mayores hazañas logradas en la política vernácula, amén, de lo ya logrado.
Uno de los principales obstáculos con que cuenta, Luis Abinader y el PRM, es la crisis económica, las altas tasas de la tarifa eléctrica, que junto con las políticas restrictivas impuestas por las acertadas políticas monetarias del Banco Central, disminuye el circulante, lo que hace ver muy difícil que el mandatario pueda quedarse en un segundo período presidencial.
Sólo, y solo si, el Gobierno logra amenguar la situación de las alzas de los artículos de primera necesidad y esta crisis económica, podría tener esa segunda oportunidad.
