Brown planeó hacerlo un día después de haber matado a su esposa con 14 martillazos. Según declaró ante la justicia, la asesinó por haberlos abandonado a él y a dos hijos. Luego del atroz homicidio, el piloto de la reconocida compañía enterró el cuerpo en un parque público en Windsorf. Fue durante el juicio que confesó que su última intención era precipitar el vuelo a tierra con todos los pasajeros a bordo.
Sin embargo, ese día Brown se declaró enfermo y fue otro piloto el que comandó su vuelo hacia Nigeria. Pocas horas después, el asesino de Joanna sería arrestado.