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Un paso valiente

El viernes de la pasada semana fue noticia que Raquel Arbaje, primera dama de la República, y dos hijas suyas y del presidente Luis Abinader, habían firmado una carta en rechazo del proyecto de Código Penal por los retrocesos que implica en la protección de las mujeres y la niñez.

Fue un paso valiente porque implicó asumir una posición pública en un tema delicado que podría ser contraria a la del miembro de su núcleo familiar que tendrá la responsabilidad de promulgar o no la ley que se apruebe.

Quizás muchos fueron sorprendidos por esta decisión, porque la primera dama es una persona de conocida fe católica. Sin embargo, no debemos olvidar que ella asumió hace años la presidencia del Gabinete de Niñez y Adolescencia (GANA), que trabaja muy directamente con el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI).

Así que, mientras para la mayoría de los demás el drama vivido de tantas niñas y niños es algo abstracto, para Raquel Arbaje es concreto y visto.

De ahí que su posición sea perfectamente compatible con su fe católica, porque esta tiene como piedra angular la compasión y la empatía con el sufrimiento ajeno.

Pero, además, su intervención es valiosa por otro motivo. Ante la evidente desarticulación del movimiento progresista, es importante que alzara la voz una persona con conocido talante conservador en rechazo del proyecto de Código Penal. Esto demuestra que no se trata de una cuestión que contrasta a liberales y conservadores, sino que puede ser asumida desde cualquier posición en el espectro ideológico.

Quizás quienes hemos defendido los derechos de las mujeres erramos al permitir que esa lógica se instalara en el debate. Enfocarnos en las diferencias con las personas que, desde la fe, tienen posiciones contrarias ha dificultado el diálogo y hecho casi imposible persuadirlos. Lo cierto es que desde la fe y las posiciones conservadoras se puede llegar a la misma conclusión.

Por eso, la firma de la primera dama y sus hijas es una bocanada de aire fresco en el debate. Demuestran que no es un tema de clanes ni trincheras, que se puede estar de acuerdo con rechazar este proyecto de Código Penal desde convicciones disímiles. Es una lección valiosa.

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