Monseñor Jude Thaddeus Okolo ha concluido su misión diplomática como Nuncio Apostólico en la República Dominicana, luego de haber sido designado por el papa Francisco para cumplir esas mismas funciones en Irlanda.
A este Nuncio le tocó llegar al país en situaciones muy adversas, pues estaba ardiendo en la opinión pública mundial el escándalo protagonizado por su antecesor.
Además, le tocó lidiar con crispaciones internas por el tema de la migración haitiana. Prácticamente no lo dejaron llegar para someterlo a fuertes críticas, la mayoría de ellas infundadas.
Gracias a su bonhomía y don de gente logró sortear esas situaciones difíciles, sin dejar de cumplir la misión que le fue encomendada desde el Vaticano.
A monseñor Okolo le tocó también ejecutar una decisión histórica, como fue la escogencia del sustituto del cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez como arzobispo de Santo Domingo.
La presencia de este Nuncio permitió sanar muchas heridas, conciliar posiciones, apaciguar situaciones y atender los asuntos propios de la Iglesia católica tanto en República Dominicana como en Puerto Rico.
Debió lidiar con cambiarle el rostro a un episcopado que envejeció, proceso que deberá continuar quien le suceda en la posición en el país.
Este Nuncio deja buena impresión entre los dominicanos, que lo recordarán con cariño.
Éxitos en esas nuevas responsabilidades asignadas por el papa Francisco.