El cuidado de quienes reciben informaciones puestas a circular por cualquiera que tenga acceso a la internet, sin deternerse ante reparos éticos o los debidos criterios para hacerlo, debe se cada vez más grande.
Véase, nada más, lo rápido que se le buscó una filiación familiar dominicana a una estudiante de la universidad estadounidense de Columbia que le hizo una pregunta al presidente Luis Abinader el lunes pasado.
El tal vínculo parental entre la joven estudiante y el expelotero de las Grandes Ligas Alfredo Griffin, no existía, pero alguien pensó que podía ser o que decirlo podía reportarle algún beneficio.
Y así como ocurrió con este caso, sucede con todo: se hacen incursiones en la privacidad de las personas y en sus negocios. El periodismo se encuentra ante un gran desafío.