Un gesto de cariño de Juan Bosch

Un gesto de cariño de Juan Bosch

Un gesto de cariño de Juan Bosch

José P. Monegro, director de El Día.

Luis Córdoba refirió en sus redes sociales que un 11 de julio de 1990 el profesor Juan Bosch declaraba, en tono de broma, del periodista José P. Monegro que los periodistas son enemigo del género humano. Eso ocurrió mientras Bosch acompañaba al premio Nobel de Literatura, Camilo José Cela, al paraninfo de medicina de la Universidad Autónoma de Santo Domingo que le daría un doctorado “Honoris Causa” al distinguido visitante.

La expresión de Bosch la recuerdo como ahora, sonriendo frente a este joven periodista que accidentalmente le había pegado la grabadora en el rostro porque una batería de colegas me habían empujado mientras entrevistábamos al político sobre la crisis post electoral que se vivía en ese momento por la denuncia de fraude en las elecciones del 16 de mayo anterior.

Quizás Bosch se dio cuenta del apuro en que me sentía al pegarle con la grabadora y lo hizo para que me sintiera mejor.

Pero lo que más me entristeció fue que ese gesto tan humano y caritativo de Bosch fue usado posteriormente por otros colegas que le adversaban para intentar dañarlo. Repetían sin el contexto, que Bosch había dicho que los periodistas eran enemigos del género humano.

Muchos años después, ya siendo ejecutivo del Grupo Corripio, conté esa anécdota en una de las reuniones que realizamos después de los Almuerzos Semanales del Grupo Corripio y don Pepín Corripio ahí me reveló que él estaba en ese momento porque fungía como una especie de edecán de Camilo José Cela. Quizás le sorprendió que fuera a mí que me lo dijera, especialmente porque poca gente sabe que empecé a ejercer el periodismo antes de cumplir 19 años, de la mano de Rafael Herrera en el Listín Diario.

Lo que ocurrió luego de eso me enseñó la importancia del contexto en toda historia periodística, porque lo que fue un gesto de cariño y humanidad de Bosch frente a un joven reportero, fue usado para intentar dañarlo o mostrarlo como un intolerante.

Mi amigo Luis García me ha dicho que eso debía contarlo, lo cual hago ahora aprovechando que Luis Córdoba lo sacó a colación y que temprano en la mañana me arrancó una carcajada.

Los reporteros tenemos muchas anécdotas de episodios que pasan a ser parte de la historia, pero somos tímidos en contarlas bajo el entendido de que los periodistas no somos parte de la noticia, sino que estamos para contarla a los lectores.

Quizás algún día decida escribir muchos de esos sucesos vistos desde la óptima del periodista que anotaba en una libreta para luego redactarla y que tenía en la grabadora un soporte para verificar citas y datos.



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