Un ciudadano chino, residente en la provincia de Guangzhou, descubrió que aparecía en los registros policiales como condenado a pena de muerte y ejecutado en 2006.
El hombre, que había solicitado un certificado de antecedentes penales, descubrió que aparecía ejecutada una persona con sus mismos nombres y apellidos y número de identidad.
Chen, por su parte, no se explica el error y asegura haber mantenido una vida sin sobresaltos.