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Un dinero bien invertido

Son muchos los caminos abiertos para la perdición, particularmente en perjuicio de jóvenes y personas inmaduras, que crecieron sin el establecimiento de los frenos contenidos en valores hogareños y familiares.

Cierto, miles de jóvenes van por ahí sin un horizonte claro, pero también son muchos los caminos para desarrollar una vida organizada, con una herramienta a la mano como garantía frente a los imponderables del futuro.

A estas vías se acogen miles de jóvenes de año en año en el país, como lo demuestran actos como el que tuvo lugar para la entrega de certificados a más de 47 mil graduandos de las Escuelas Vocacionales de las Fuerzas Armadas.

Cuarenta y siete mil es un número respetable, particularmente si se trata de personas calificadas para la realización de un oficio.

Lo más importante de este número de jóvenes certificados es que se trata de la promoción de un año en los centros de formación de estas escuelas diseminados por todo el país.

Entre los formados por estas centros técnicos y graduados este año se encuentran 942 personas privadas de libertad en la Penitenciaría Nacional de La Victoria.

De acuerdo con información suministrada por las Escuelas Vocacionales, la formación estuvo distribuida en más de cien líneas técnicas, entre las se encuentran enfermería, hostelería, pilotaje de drones, ventas, diseño gráfico, auxiliar de farmacia, audiovisuales y locución.

Cuando a una persona en vías de formación se le dota con una herramienta para afrontar el presente y proyectarse hacia el futuro, las probabilidades de que tenga éxito en la vida crecen, a la vez que se achican las amplias puertas de los caminos de la perdición.

Ningún recurso del Estado es mejor utilizado que aquel destinado a la formación de gente joven que de otra manera iría por ahí con un panorama sombrío o quedaría a merced de las malas compañías.
¡Enhorabuena!

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