Un diálogo necesario

Un diálogo necesario

Un diálogo necesario

La situación política en Haití empieza a mostrar una luz al final del túnel. Con el nuevo gobierno asumió un primer ministro que entiende cuál es la prioridad en el país.

Hay avances para conseguir, a corto plazo, un clima de paz. Los líderes de las bandas armadas están contemplando una rendición, sin que aflore un pliego de condiciones para ese hecho.

En tanto, desde el Gobierno dominicano solo se habla de que la frontera está segura; y hasta hay advertencias firmes por parte del presidente para garantizar la tranquilidad y el sosiego entre los dominicanos.

Así las cosas, hay un detalle que falta en la recomposición política y social de Haití. No hay indicios diplomáticos de que pueda producirse un diálogo de alto nivel entre las autoridades dominicanas y haitianas. No hay fecha, nadie habla de ese tema; y sin embargo, no podemos ver los cambios que se producen en el vecino país sin que haya una reacción a corto o mediano plazo.

Si no está, el tema debe ser contemplado por los organismos de relaciones exteriores, tanto de Haití como de República Dominicana. No podemos olvidar que tenemos vínculos geográficos indisolubles. Y, sobre todo, estamos asociados comercialmente con esa nación vecina.

Hay temas suspendidos muy específicos, sobre comercio, salud, educación y migración. No hay novedad. Son las áreas enlas que históricamente nunca hemos tenido un sólido acuerdo formal.

Aun así, la coexistencia de ambos países no se explica sin estas áreas que permean a sus sociedades y gobiernos. El anuncio de una apertura al diálogo con Haití se hace necesario y seguro que impactará tanto la política como la economía de ambos países.