En la comunidad de Najayo del municipio de San Cristóbal se encuentra la ¨casa de playa¨ o “casa de marfil”, una mansión que fue propiedad del dictador Rafael Leónidas Trujillo, donde acostumbraba a pasar tiempo de descanso, que hoy está en total ruina y sólo quedan las paredes estropeadas y repletas de malezas.

De niño, cuando íbamos a la playa, veíamos esa gran casa abandonada y solíamos jugar allí, en esa infraestructura que tiene poco más de 75 años de construcción.

Considero que por su historia y gran espacio debería ser aprovechada por las autoridades locales para habilitarla en beneficio de los niños y los jóvenes de esta comunidad, por ejemplo: Un centro de arte y cultura donde puedan aprender diferentes disciplinas, tales como música, pintura, danza, escultura, entre otras que aportarán a su desarrollo, creatividad y nuevos conocimientos. Un espacio que le hace tanta falta a la nueva generación que reside en esa comunidad.

Siempre me he preguntado cuál es la razón para dejar que esta edificación histórica, que está ubicada a unos 25 minutos del municipio cabecera de San Cristóbal, sucumba con el pasar de los años y no se rescate.

El término «rescatar», ni por el asomo lo hago en referencia de rememorar a través de un museo o escuela de arte y cultura la sangrienta y despiadada dictadura que por tanto tiempo vivió el pueblo dominicano a manos del tirano que se hacía llamar “benefactor de la patria y padre de la patria nueva”, no, para nada, lo digo en el sentido de que si bien es cierto que dicho lugar fue levantado por un déspota, no es menos cierto es el hecho de que se pudiera proyectar este inmueble como una contraposición de lo que representó la Era de Trujillo.

Como sancristobalense prefiero ver en dicho lugar un centro cultural y considero que el primer paso que se debería dar es un ejercicio técnico de manos de arquitectos y de urbanistas para determinar si efectivamente este inmueble soportaría una renovación y adecuación para tales fines.

Sólo hay que imaginarse, proyectar este lugar. También podrían usar el tejado para la colocación de paneles solares para que sea autosuficiente y en otra parte se podría adecuar hasta un mirador de la hermosa playa de Najayo.

El objetivo es darle a este inmueble un empuje hacia el presente y el futuro, proyectar aún más la playa, y lo más importante, poner en manos de las más jóvenes actividades educativas para su beneficio.