El año pasado, para estos días, las expectativas del dominicano acerca del año que estaba ahí, a una cuarta, era de corte electoral.
A nadie se le podía ocurrir que sería un año corrompido con un virus, ¡y qué virus! Pero así ha sido y ahora, al final de 2020 las expectativas más optimistas no pasan de la esperanza de contar con una vacuna efectiva y de que las mutaciones vistas en varios países, algunos tan cerca como Brasil, o Chile, no alcancen a malograr el porvenir.
De todos modos, parece que año dañado se despedirá en grande si hacemos caso del aumento de casos reportado de día en día por las autoridades de Salud Pública y de las dificultades que empiezan a notarse a la hora de alojar a un paciente.
Navidad sin coro
Desde esta noche, con cena atípica en muchos casos, hasta el fin de semana, muchos echarán de menos el jolgorio, las visitas a familiares y amigos y el “calentao”, esa parte de lo que se preparó el día antes al que recurren quienes se levantan pasado el medio día para seguir el “coro”, el 25 de diciembre.
Esta parte de la tradición en el festejo llega este año con recorte.